Acompañado duermes
En una cama sin fuego.
A
tus espalda un gemido
Que
reclama pasión y cariño.
Sin
responder a sus latidos
Y
la noche os envuelve
Entre
sábanas y olvidos.
Voy cavilando por el camino
Que
une tu casa a la mía
Y hasta el cielo veo llorando
En esta noche tan fría
En esa cama de piedra
Hoy
dormiremos los tres
Yo estaré en tus pensamientos
Y
tú en los míos, también.
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