miércoles, 11 de diciembre de 2019

Conversando con las estrellas.-Reflexiones-



 Reflexiones-Conversando con las estrellas.

 Escondida entre las oscuras sombras de la noche,  me propuse una conversación con las estrellas, que brillaban, cual pequeños soles.

 Empecé a repasar mis adentros, que esta noche, estaban un poco alborotados. Quise  sacar del baúl  de mis recuerdos, aquellos que estaban aún frescos, los añejos, los  amores truncados, situaciones difíciles, viajes por tierra y por mar, días de lluvias, de tormentas, de soles y de lunas.  Amores imposibles,  y los que fueron posibles.

 ¿Por dónde empezar me dije?  ¿Por los de mi niñez, por los mi juventud, o por la edad madura en la que me encuentro ahora?

 Y de pronto, llegaron todos los recuerdos juntos, de golpe a mi mente, los recuerdos buenos, los malos los regulares, todos salieron en bandadas, como  pájaros  surcando los cielos. Los fui clasificando uno a uno, los buenos con los mejores, y los no tan buenos con los peores.

 Una estrella me preguntaba, otra respondía por mí, otra, me censuraba y me decía un poco alterada, lo tonta que había sido en múltiples ocasiones de mi vida, porque que había tropezado una y otra vez, con la misma piedra, por poner siempre el corazón, donde tenía que haber puesto algunas veces, la mala leche.

Se armó tal zipizape que me planté y les dije: Si habláis todas a la vez…me voy a dormir.

 Como por arte de magia de pronto se hizo el silencio, un silencio sepulcral que me sobrecogía. Unas campanas…unas campanas a lo lejos, daban unas horas intempestivas, nostálgicas, y fue entonces, cuando las estrellas fugazmente se perdieron por el ancho cielo.

 Ahora la noche gruñía y el vendaval crecía, tras de mis cristales veía, como  el aguacero arreciaba y el aire silbaba una melodía aciaga.

 Mis ojos divisaron en aquel banco frente a la iglesia, un bulto de carne humana, sentado aguaba el aguacero y un escalofrió recorrió mi cuerpo.

 Se paralizaron los recuerdos en mi mente,  las estrellas, el viento, la noche y la animada  conversación, que había tenido con las estrellas.

 Mi mente ya no tenía más cabida sino para  pensar, en aquel ser  que se debatía entre la miseria, la soledad y el desamparo.

  ¿Estaría borracho, pensé, o enfermo? Mil preguntas sin respuestas  asolaban mi alma, mis ojos fijos ardían  de rabia, de impotencia, de dolor mientras miraban aquel espacio, donde un ser humano, se debatía entre la lluvia, la soledad y el abandono.

Pensaba que ha esta misma hora habría muchos hombres  saboreando manjares en hoteles de cinco estrellas, en viajes de recreo, en grandes mansiones y con mil lacayos, sin ninguna preocupación, bien calentitos y sin pensar en el recibo de la luz, mientras esto estaba ocurriendo en aquel banco.

 El mundo giraba impenitente, sin pararse a pensar en estos hombres que tal vez, tuvieron mala suerte en la vida, o que optaron simplemente, por ser libres y quedaron atrapados en el laberinto negro, de la noche sin cobijo.

Cuando bajé con un paraguas y un bocadillo para mitigar el hambre que tal vez tendría  y resguardarle de la lluvia, aquel hombre había desaparecido del banco, siendo presa de la infernal noche, de la misma manera que desaparecieron todas las estrellas del cielo.

 Ahora mi mente solo quiere hablar con Dios, y pedirle por este hombre, y por tantos otros seres humanos tirados en las frías aceras.

 A ellos nada les importa el árbol de navidad, ni el turrón, ni el champan, ni las compras en grandes almacenes, ni si la bolsa sube, o baja, ni ver a mandatarios corruptos que solo vociferan palabras huecas, en atriles llenos de flores de papel.

 Quiero esta  noche soñar con la Paz, con la Solidaridad,  y olvidarme de mis recuerdos, que vuelvo a dejar dormidos en el baúl.

 Otra noche…otra  noche será, cuando no oiga la tormenta, ni vea a un ser humano tirado en las aceras, cuando retorne la conversación que tenemos pendiente las estrellas, mis recuerdos, y yo.

 Espero  amigos que esta conversación con las estrellas os haga pensar.

Un beso.

 

Encarna Recio Blanco.





No hay comentarios:

Publicar un comentario