¡Alegría…alegría! Que ya
llegó el carnaval.
Bailemos sin descanso y dejemos de pensar.
Al son de las charangas se evaporan las penas.
Los gritos y las canciones. Sus comparsas y sus trajes
Hacen que se llene de alegría, al que triste se halle.
Parece que no existe en el mundo ni el paro, ni a guerra.
Que todos en el banco tienen, saldadas sus deudas.
Son días donde la vergüenza se maquilla con lentejuelas.
Donde los disfraces brillantes encubren las tristezas.
Senos al aire, piernas al sol. Plumas de colores y de fantasías.
Charangas que atronando emborrachan, con el vino y el son.
Enfermos apilados por los pasillos unos mueren, otros callan.
Por la gran avenida viene el mendigo implorando ayuda.
Y en los hemiciclos los gobernantes, sus lenguas afilan.
Aquellos que estrenan antifaces cada día, y los que maldicen
La alegría.
Aquellos que matan a su amada, entre rencores y odios
A sangre fría.
Este mundo es un perpetuo carnaval, lleno de una infernal
Hipocresía.
Nadie puede esconder tras un disfraz las traiciones
Y maldades, que hizo en su vida.
¡Estamos en carnaval!
Encarna Recio Blanco.
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