Con nadie pudo desahogar
Tanta amargura
Con nadie puedo
compartir
Tanta locura.
Sólo con la soledad
Que me escucha y me
disculpa.
Y con estas teclas
que lloran
Con migo y mis dudas.
¡Cuánto me duele!
En el pecho la
derrota.
¡Cuánto me mata!
Sin remedio la
ansiedad.
Cuando pienso que
No tengo otra salida…
Me detengo y me pongo
A cavilar.
Sin pecado
En la espera… espero
Lo que nunca llegará.
Por haber querido
A un hombre…
Me vienen
¡A sentenciar!
Encarna
Recio Blanco.
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