Iba por
los caminos con mi zurrón al hombro
De paje llevaba a un perro mugroso.
Llamando a muchas puertas
Que
nunca se abrían
No me
achicaba y seguía…y seguía.
Me sentaba en los caminos de la noche
Cuando el
viento rugía sin medida
Me abrigaban
el cuerpo las golondrinas.
Bajo un verde limonero descansaba y escribía
Mi paje
y yo comíamos bocadillos de poesías.
Por la noche la luna nos hacia compañía
Y cuando el sol asomaba desayunábamos poesías.
¡Me miraba el perro de una manera!
Que al
pobre le dije… que se fuera.
No me hizo caso y siguió conmigo.
A ver si Dios quiere...le dije:
Que
encontremos los dos un asilo.
Encarna
Recio Blanco.
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