Otra vez, voy caminando
Con el cargamento...
Con mi dolor a cuesta
Por el campo yermo.
Otra vez sin zapatillas
Por el cemento...
Con el frío en los huesos
Y la fiebre dentro.
Con el zurrón repleto
De libros y versos.
Con los labios vacíos
De besos.
Encarna Recio Blanco.
Mi
ego se pone de gala
Y
aunque sé que no es bueno
Cojo
mi pluma y me abro
Para
que me veáis por dentro.
Recio
los ligamentos
Blanco
los recuerdos
Y
Encarnados deseos.
Sin
pudor y sin miedo
Y
os enseño, sin vergüenza
Todo
mi cargamento.
Puede
pasar…
Aunque
tengo candados
Son
de cristal.
Cuando me estáis leyendo
Me
estás besando...
Cuando
tu emoción brote
Me
estás amando.
Y cuando me muera….
Sé
que no habré muerto del todo
Porque
algunos ojos
Me
esterareis leyendo.
Encarna
Recio Blanco.
Se han llenado mis días de soledad…
Quedaron vacías mis ansias de amar.
Tengo su recuerdo de por vida…
En mi vida.
Quiero desterrarlo
Pero es imposible para mi pesar.
Traje tan negro.
Con esta espera tan larga.
Con este eterno silencio.
Abrirle me gustaría el corazón y los sesos,
Para saber lo que siente
Si me quiere, o está muerto.
¡Dios mío! Si él calla...
Responde Tú a mi lamento.
Encarna Recio Blanco.
No me
importa subir al calvario
Ni
bajar con la cruz a cuesta
Ni que
mis venas se rompan
Y
rieguen la tierra.
No me importa vivir entre rejas
Sin
ventanas ni puertas.
Ni que
mi cuerpo se hiele
Por las
frías cuestas.
Que
asolas me habla…
Ni los
comentarios
De
falsas quijadas.
Me importa la vida
Que
perdí por ti.
A
cambio me diste la traición
¡Que no
merecí!
Encarna Recio Blanco.
Cuentan que un día…
El sol se durmió
Y todo en penumbra
En la tierra quedó.
Dicen que los mares
Antes apacibles…
Se tornaron fieros
En los arrecifes.
Cuentan que otro día…
Se escondió la luna
Cuando vio que los
hombres
La perseguían.
Dicen que muchos niños
No tienen hogares…
Y que los pobres
mueren
Transidos de hambre.
Dicen que el crucifijo
No tiene que estar
presente
Ni en escuelas…ni en
cabildos
De presidentes.
!Dicen que Dios está enfadado!
Y yo me lo creo
Pero si lo
llamamos...
Siempre viene a
socorrernos.
¿Hacemos la prueba?
Encarna Recio Blanco.
En esta tarde yo quiero
Mandaros todo el azahar
Que tienen mis limoneros.
El perfume de sus flores,
El calor que desprenden sus Cielos,
La luz que se desparrama
Por todos sus huertos.
Muchos abrazos calientes.
Que se hermanen con los vuestros
Y que vengáis a estas tierras
Donde Dios... sembró de sueños.
Encarna Recio Blanco.
Se
había perdido
Y me la
encontré
Iba
despistada
Pero la
pillé.
¿Cuánto tiempo hace?
¿Que no
te veía?
¡Cuántos
años hace!
¡Que no
te tenia!
La muy descarada me dice:
La
culpa no es mía…
Pues tú
te engarzaste
Donde
no debías.
La alegría…
Se dio media vuelta
Dejándome
helada
Sólo
con mi pena.
Encarna Recio Blanco
Algo me pasa en el pecho esta mañana.
Es
un dolor tremendamente raro
Cual
lanzas que afiladas se clavan en mi alma.
Un desasosiego me sube a la garganta.
Corretea
por mi cuerpo dando bandazos
Unas veces calientes otras helados.
Algo me duele y es desconocido.
Este
dolor es punzante y agresivo.
Se pelea con mi cuerpo cual león enfurecido.
Me toco y retoco buscando una herida
y
entonces me encuentro la siembra
Que
tú, dejaste en mi vida.
Encarna
Recio Blanco.
Iba por
los caminos con mi zurrón al hombro
De paje llevaba a un perro mugroso.
Llamando a muchas puertas
Que
nunca se abrían
No me
achicaba y seguía…y seguía.
Me sentaba en los caminos de la noche
Cuando el
viento rugía sin medida
Me abrigaban
el cuerpo las golondrinas.
Bajo un verde limonero descansaba y escribía
Mi paje
y yo comíamos bocadillos de poesías.
Por la noche la luna nos hacia compañía
Y cuando el sol asomaba desayunábamos poesías.
¡Me miraba el perro de una manera!
Que al
pobre le dije… que se fuera.
No me hizo caso y siguió conmigo.
A ver si Dios quiere...le dije:
Que
encontremos los dos un asilo.
Encarna
Recio Blanco.
En un sólo segundo
Puede
cambiar el color el Cielo.
Se
puede subir a la luna
Y
romper su hielo.
Puede
temblar la tierra…
Dando
sacudidas
Con
furia y violencia.
En
gritos de guerra
Los
ojos alegres
De penas se llenan.
En un sólo segundo
Cambia
la faz de la tierra.
Y
seguimos danzando…
Sin
darnos ni cuenta.
Encarna
Recio Blanco.
Con nadie pudo desahogar
Tanta amargura
Con nadie puedo
compartir
Tanta locura.
Sólo con la soledad
Que me escucha y me
disculpa.
Y con estas teclas
que lloran
Con migo y mis dudas.
¡Cuánto me duele!
En el pecho la
derrota.
¡Cuánto me mata!
Sin remedio la
ansiedad.
Cuando pienso que
No tengo otra salida…
Me detengo y me pongo
A cavilar.
Sin pecado
En la espera… espero
Lo que nunca llegará.
Por haber querido
A un hombre…
Me vienen
¡A sentenciar!
Encarna
Recio Blanco.
