Dios mío!

 

¡ Dios mío…Dios mío!!

¿Qué te digo en ésta noche

cuando mi pluma despierta

aletargados reproches?

El mundo que hiciste

y al que me mandaste

no es el que Tú querías

para que habitase.

Pero aquí me tienes

echando remiendos

sin hijos ni agujas…

 estoy descosiendo.

Dando las sonrisas

que me regalaste.

Sembrando semillas

con fe y con coraje.

Quitando las armas

a todos los niños…

Despojando de grilletes

a los desvalidos.

Tal vez mi labor

no sea esmerada

pero en el intento

mis fuerzas no paran.

Hay guerras y hay hambre

mucho desamor…

Soledad y miedo

en mí alrededor.

¿Dime en ésta noche

qué más puedo hacer…?

si Tú me das Luz

lo podré entender.

Encarna Recio Blanco



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Estamos en carnaval.

 

Un año más han llegado

los carnavales,

llenando con sus canciones

calles y arrabales.

Las músicas y los bailes

nos aportan alegrías

los disfraces de la gente

nos llenan de fantasías.

De sueños y de esperanzas

de anhelos y de deseos

y nos trasportan a un mundo

de jolgorios y jaleos.

Se engalana las calles

de colores y de fiestas

y parece que las penas

se quedaron en las trenas.

Máscaras de contento por fuera

pero por dentro veo tristezas

problemas y mal humor

que  tapan con  las caretas.

Parece que no existe en  el mundo

ni el paro ni la guerra

que todos tienen

saldada sus deudas.

Pechos al aire

piernas descubiertas

maquillajes y brillos

al son de las panderetas.

Son días donde la vergüenza

se maquilla de júbilo

donde los problemas

se cambian por lujos.

No siento la música

sólo veo tristezas

maquillajes profanos

en las frías cuestas.

¡Estamos en carnaval!

Encarna Recio Blanco

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Son tantas.

Son tantas mis emociones

que no las puedo dar salida

y en lo alto del ocaso

se desbordan sin medida.

En una gota de agua

enloquecen mis pasiones

las he pedido que aplaquen

el fuego de mis temores.

Encarna Recio Blanco

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Desnuda.

Desnuda bajo la noche

tiemblo entre cuerpos hambrientos

y me entrego a los rufianes

que me pagan con dinero.

No buscan mi belleza

tampoco mi dulzura…

No les importa nada más

que una noche de lujuria.

De pasión desenfrenada

que de los dos, uno siente

yo fingiendo que lo quiero

el creyendo poseerme.

Están lejos de mi alma

pero de cuerpo presente,

aunque les de ésas caricias

que mi corazón no siente.

Desnuda bajo la noche

la lluvia me purifica.

Voy pagar con ése dinero…

la enfermedad de mi hija.

Encarna Recio Blanco

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Prohibido

Prohibido fumar

en espacios cerrados.

En bares, en restaurantes

y en los supermercados.

¿No está prohibido

dejar las jeringuillas,

los condones y las botellas

donde los niños juegan?

 Prohibido trabajar

porque no hay trabajo.

Si vienen las letras

las devuelves al banco.

¿No está prohibido robar

ni asaltar una tienda

matando al dueño

y violando a la dueña?

¡Prohibido hacer apología

del terrorismo,

criticar al gobierno

y a sus ministros!

¿No está prohibido

que desaparezcan niños

y que los pederastas anden

 libres a su albedrío?

¿Están prohibidas

las listas de esperas?

¿ Morirse en los hospitales

cuando los médicos

 estén de huelga?

¿No está prohibido

gastarse en una fiesta

dos millones de euros

los sinvergüenzas?

¿Está prohibido

ser pobre y sin trabajo,

sin poder dar a tus hijos

los  alimentos necesarios?

¿No está prohibido

tener  chófer y guarda espaldas

aviones privados

y los euros fuera de España?

¡Prohibido prohibir

Señores del gobierno!

¿Qué las leyes cumplamos?

¡Ustedes  los primeros!

Encarna Recio Blanco

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Todavía...

Todavía te busco sin encontrarte

por palacios deshabitados

por callejones estrechos

por los montes y los valles

por el desierto.

No se donde pararás

si vas herido o maltrecho

si vas vendiendo o comprando

horas de lechos.

Te perdí de mi vista hombre

aquel frío mes de Enero

cuando los Reyes venían

con los carbones ardiendo.

Yo te quería con amor del bueno

te di mi vida y mis sueños

corre caminos y busca tu madriguera

ya me he cansado... ya no te espero.

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