viernes, 21 de marzo de 2025

¡Ya está aquí la primavera!


¡Ya está aquí la primavera!

 Primavera del alma, primavera florecida que deja un misterioso perfume en nuestra vida.

Primavera del alma, de perpetuo esplendor, que convierte en sonrisa la mueca del dolor.

 Primavera de ensueño que nos traza un camino en la intrinca selva donde acecha el destino.

Primavera que canta si el huracán la azota, y que da nuevo aliento tras de cada derrota.

 Primavera magnánima, cuyo verdor feliz rejuvenece el árbol seco hasta la raíz...

 Amor es la ley divina de la plenitud humana; dolor que hoy nos agobia y añoramos mañana...

¡Eso es amor, esa es la primavera!

Encarna Recio Blanco


domingo, 16 de marzo de 2025

Soy algo más que eso-Reflexiones

 


Soy algo más que eso, por eso, no me interesa lo que diga  la gente, que sólo me  miran por fuera.

Tal vez, a algunos les parezca  una  ilusa  romántica, una loca presumida, una osada poetisa, una mujer contestataria y rebelde, rebelde sí que lo soy, ante esta sociedad cruel y contaminada. No me interesan las opiniones de aquellos, que no saben mirar hacia adentro, que es donde se guardan y están íntegros los tesoros, en este caso, mis tesoros.

El fuego que encienden  mis pasiones, siempre tienen  hambre y sed  de justicia, de solidaridad, de buena compañía, de mejores obras, de esparcir sonrisas, de leer un buen libro, de estudiar los misterios  de esta efímera vida.

No me busquéis  para ir la guerra, ni me invitéis  al convite de  la discordia, ni al ágape del odio, ni a la comilona del político de turno, ni a dar palmaditas en las espaldas de aquellos,  que no merecen ir bajo palio en una procesión de la Virgen, no me busquéis por rincones oscuros, ni en noches de tormentas.

No me invitéis a una copa de alcohol, soy abstemia, invitarme a acompañar a los que estén solos, a los  enfermos,  a los que necesiten una mano para caminar, o una sonrisa para respirar.

Buscarme para  que os recite  alguna de mis poesías, para que os cuente algunos de  mis ensueños, para que  hablemos  del amor, para que así comprendáis,  lo que de verdad siento y pienso, para que veáis por lo que lucho cada día, poniendo mi granito de arena para intentar hacer una montaña enorme, donde solamente puedan escalar  aquellos que se impliquen en hacer un Mundo más justo.

No intentéis robarme el corazón por la fuerza, ni me encerréis en una jaula, aunque  esta, sea de oro, ni oséis cabalgar por mi cuerpo como si fuera una bestia, ni quitarme mi autoestima, ni os pongáis  un maquillaje profano para venir a mi fiesta, ni intentéis despojarme de  mi libertad.

Si algún día me veis llorar abrazadme, abrazadme,  en silencio, y dejar que esas lágrimas, me hagan más fuerte y sobre todo, acompañarme si estoy sola, o si estoy triste.

No me importa lo que digan de mí los demás, si no me conocen por dentro, ni si llevo collares o rosarios en el cuello, ni si soy Recia en mis apreciaciones, ni sea Blanca, como llevo en mi apellido materno.

No soy perfecta, y lo sé, con mis miedos y mis temores camino en solitario, con mis alegrías y mis tristezas, me bamboleo con mis luces y con  mis sombras, y así,  intento cruzar lo mas dignamente posible, el puente de mi penitencia.

Pero lo que si tengo  en mi corazón amigos,  es un gran cargamento de amor para repartirlo, a quien lo necesite, por eso, y  por más, no me importa lo que digan aquellos, que no me conocen por dentro.

Encarna Recio Blanco.


viernes, 14 de marzo de 2025

Soy una errante...

 


Soy una errante pasajera

En un vagón de tercera

Sin maleta y sin billete

Hacia un destino…inexistente.

Me bajo del tren y me subo

Donde me apetece.

Y cuando tengo sueño duermo

Bajo los puentes.

Cuando tengo hambre me sacio

Con el néctar de las flores.

Cuando tengo sed me bebo la lluvia

Que del Cielo me viene.

Unas veces voy cantando

Sin música

Otras veces voy rezando

Sin rosario

Y me pongo a jugar con  la luna

Que alumbra mis pasos.

¡No llego a la meta!

¡Dios mío!

¡Hasta cuando!

¡Hasta cuando!

  Encarna Recio Blanco

 

miércoles, 12 de marzo de 2025

Con ochenta y siete años...

 


Con ochenta y siete años aquella mujer  la dan una mala noticia estando ingresada en un hospital  aquejada, de una grave enfermedad.

No sé quien le ha dado la noticia, pero lo que estoy segura es, que no era un alma caritativa, de sopetón la dijeron que su casa había sido ocupada.

Cuando he oído la noticia  me he quedando  sin palabras, mi ser, empezó a temblar, como tiemblan los cipreses en medio del vendaval, tan  indignada me puse, que me tuve que sentar, para no caerme de bruces en mitad de mi zaguán.

Allí, en esa misma cama donde quizás esté muriendo postrada le han dado la triste noticia a esa mujer tan mayor, y tan enfermita.

Esto es intolerable, que unos  bandoleros  se hagan  los amos de una propiedad que ya tiene su dueño. Desconsolada  la pobre mujer empezó a llorar con el gran desconsuelo que supone saber,  que en su casa viven ahora otros dueños.

En aquella casita humilde  que la costó limpiar y fregar los suelos, trabajar en el campo en los duros inviernos, y hasta pedir limosnas,  para pagar aquella hipoteca con el mísero sueldo que a la pobre, la daban en aquellos tiempos.

¿Y yo me pregunto? ¿Era necesario hacerlo en esas condiciones,  para empeorar aún más su estado? Creo que  tenían  que haber esperado hasta que mejorara, o hasta que muriera, sin ese añadido dolor en su alma y en su cuerpo.

No puedo imaginar el tormento y la amargura de esta pobre mujer enferma sin ganas de batallar, y con el gran dolor en su pecho.

¡Qué está pasando señores!  Me dirijo a este gobierno, con cabezas pensantes malignas, con leyes a sus antojos, para seguir a costa de lo que sea vivir, a cuerpo de reyes en palacios, con coronas y con cetros.

¡Quién se atreve a acompañarme! ¡Sin las armas de por medio! ¡Quién quiere gritar conmigo! ante tantas injusticias,  ante tantos desafueros, que cada día soportamos  callados y amedrantados, sin poder hacer nada por  este sufrido pueblo.

Para decir en voz alta y sin miedo que estas leyes son injustas, que los jueces  ya no saben cómo hacerlo, porque algunos con togas mohosas que se decantan para dejar en libertad a los culpables, a los poderosos que al pueblo robaron, y mintieron.

¿Dónde se nos fue nuestra alegría? ¿Dónde la tranquilidad? ¿Dónde la Paz tan ansiada que el pueblo unido quiere encontrar? Ellos nunca conocieron la Caridad y es por eso es, que el Mundo va… como va.

¡Dios mío!  Haz  como hiciste con los  fariseos cuando les echaste de Tu templo.

¡Tu casa no está en oración!  Está entre viles patrañas y atropellos.

 

Encarna Recio Blanco.


sábado, 8 de marzo de 2025

Día de la Mujer...

 



 Hoy  es el día internacional de la mujer,se celebra hace mas de 100 años en todo el Mundo, se conmemoran los esfuerzos que se han realizado para alcanzar la igualdad,la justicia, la paz y el desarrollo.

Por eso hoy y siempre, me declaro públicamente mujer, con mayúsculas, mujer de principios, con convicciones, con derechos,  con obligaciones y sobre todo, una mujer que ha luchado mucho por algo que debiera ser natural, el reconocimiento y la igualdad, para todas las mujeres del Mundo.

Ellas fueron valientes tal día como hoy pero de años anteriores, en 1908, y posteriormente  en  1948- cuando en realidad no éramos más que objetos, o lo que vulgarmente suele llamarse  mujeres floreros, o  monumentos decorativos.

Hoy, después de tantos años, aún seguimos luchando por los mismos derechos, han cambiado las formas, las palabras e incluso nosotros,  pero las fuerzas las ganas y nuestro ímpetu, sigue intacto.

Ellas, un día como hoy, levantaron la primera piedra, destruyeron los primeros muros,  y rompieron las cadenas más poderosas, apostaron sus valores por un sueño, y si aún vivieran ahora, podrían comprobar lo mucho que valió la pena.

¡Mujeres de todo el Mundo! No permitáis que nadie infravalore lo que sois,  que nunca se difame la denominación que portáis y que no se os respete, primero como personas y en segundo lugar como mujeres, no permitáis que la losa del tiempo os haga perder las ganas de luchar por lo que es nuestro.

Dios nos hizo iguales, nos dotó de diferentes apariencias, pero de muy sabios equilibrios,  y aunque no actuemos de la misma manera en cada circunstancia, a casi todas nos une la gracia de saber que somos libres, o por lo menos luchamos para ello.

Hoy recordamos con especial agradecimiento a todas aquellas mujeres que enderezaron las líneas torcidas del hombre, y que batallaron solas, ante una tierra hostil.

Sólo conociendo nuestro pasado podremos aprender de los errores e intentar repetir los aciertos, sólo si no olvidamos y seguimos luchamos contra la injusta quimera de la necedad, sólo entonces, habrá servido para algo aquella batalla que se libró, un día como hoy.

Encarna Recio Blanco


martes, 4 de marzo de 2025

Cuando ya sea vieja de remate...Reflexiones.


Cuando ya sea vieja de remate, haré aquellas cosas que no pude hacer antes. Me teñiré el pelo de verde, o de granate, total, me quedarán cuatro pelos si llego, ya que de joven, me las tenía que arreglar, entre pelucas y pañuelos.

Las uñas, me las cortaré al rape, ya que siempre las llevaba largas e impecables. Mis manos, fueron siempre mi carta de presentación, presumí de ellas, y muchas envidiosas me decían: ¡Claro, como no friegas los platos! Sí que los fregaba, pero las labores de mi casa, siempre las hacía enguantada.

Me sentaré con los niños del parque, y jugaré a la comba con ellos, así compensaré mi austeridad de antaño.

Cuando yo era muy niña, ya estaba en la farmacia con mi bata blanca, cual un pajarillo en la jaula encerrada. Siempre leyendo poesías, repasando las matemáticas, con pocos juguetes, y muchas hermanas.

Me compraré un bastón con ribetes dorados, como el que llevaba siempre Antonio Gala, y si me saliera un ladrón al encuentro, ¡le romperé la cara! No me meterán en la cárcel por tan grande trastada, porque me verán tan vieja, tan vieja, que dirán: ¡Vamos a dejarla, ya que está más loca la pobre, que una cabra!

Cuando ya sea vieja de remate, me pondré una pamela de paja, aunque no me haga juego con mis sayonas largas, mis collares de perlas, de colores, de cristales, aquellos,  que yo misma engarzaba, en las largas noches que esperaba, al truhan que nunca llegaba, (Aún lo sigo esperando…más vale que no apareciera, entonces, ni ahora, porque si llegara a verme, se espanta)

Me adentraré en la iglesia con una mantilla blanca, ya que el color negro siempre me asustaba, y retaré a las viejas que rezan mirándome, cuando altiva pase con mi porte, cual reina destronada.

Cuando llueva, caminaré descalza por el paseo de los rosales, y entre charco y charco, cargaré las pilas, que seguramente, estarán más secas que las uvas pasas, y hasta puede que mis callos se  ablanden, sin tener que ir al “Centro de Mayores” que me cobraban una buena pasta.

Me sentaré en la terraza del casino por las mañanas, con mi café y mis cigarrillos, haciendo mis crucigramas, sin prisas, tranquila y relajada, oyendo tal vez, decir al paleto de turno entre dientes, mirándome a la cara y diciendo en voz baja, “La que tuvo retuvo” a su edad, la tía, sigue estando guapa” sonreiré complaciente,  por el piropo supongo, porque estoy segura, que  seguiré siendo, una coqueta redomada.

 Continuaré, echando mis quinielas, soy tenaz en que la suerte algún día venga,  como no se de prisa, me encuentra ya en la negra caja. Nunca me tocó ni un reintegro, ni en una tómbola, aquella muñeca por la que siempre suspiraba, nada, pero no desistiré, porque el destino y la suerte, andan siempre un tanto despistadas.

Seguiré fumando, aunque el médico me diga que ya mis pulmones no puedan, con la carga, de la feroz nicotina, que seguramente, me tendrá asfixiada, total para lo que me queda, diré pensativa y abrumada, y entonces, daré a mi cigarrillo una buena fumarada.

¿Al centro de Mayores? ¡Ni hablar! allí no pisaré, porque hay viejos, reviejos, que se toman mil pastillas, para los dolores del cuerpo, y los del alma, ni se los miran, ni se los tratan.

Estoy haciendo este repaso, sin saber si voy a llegara vieja revieja, pero eso de escribir me hace que las cosas,  si con ansias las deseas, se cumplan.

Seguramente hare más cosas, y que ahora ni me pasan por la cabeza, cuando me pasen, os haré partícipes de ellas.

 

Encarna Recio Blanco