Demos un vuelo al alma, la dejamos libre, nos concentramos, nos quitamos el
stress, el cansancio, el agotamiento, los problemas.
¿Qué os pareces si os venís aquí al rincón de los sueños, estáis con
nosotros, y dejamos el alma un rato volar?
Porque ya sabéis, que cuando el camino se hace muy cuesta arriba y cuando
las cosas andan mal, como a veces sucede, no tenemos que abandonar. Cuando no
consigas resultados y se sumen los problemas, no te rindas, el rendirse es de
cobardes, es de débiles, hay que seguir.
Cuando quieras sonreír y solo puedas suspirar, no te caigas, levántate,
arriba el ánimo, y cuando la suerte te sea adversa, y no encuentres fuerzas
para seguir, por favor, no renuncies.
Cuando no encuentres compañeros de lucha, no te apures, hay muchos en el
camino, lo que pasa, es que hay que encontrarlos.
Hay muchas manos que sostienen las
tuyas, cree y siente en cada minuto de tu vida, que hay que dejar que tu alma
vuele libre, que vuele por los jardines hermosos de la confianza, en algo
superior, que llegue donde nuestra visión a veces, no puede alcanzar.
Si nuestro corazón puede sentir, tu alma debe ser libre para darte
fuerza y estímulo, hay que intentarlo, porque si no lo intentamos,
caemos.
Cierra los ojos por unos minutos y deja a tus pensamientos volar, volar…
por los caminos del amor.
No podemos cambiar el mundo, ni quitar todo el dolor de la tierra, ni tener
ya resueltos todos nuestros problemas, pero podemos a cada minuto, mirar con
los ojos de la esperanza y del amor, cada cosa que nos pasa y que tenemos a
nuestro alrededor.
Si pensamos que todo es pasajero, miraremos con cariño lo negativo, que te
encamina a la elevación, y a la perfección, y luego, observaremos con
felicidad el cambio del mal, en bien, de tristezas, en alegrías.
Lo que hoy nos hace sonreír, fueron las cosas que nos hicieron llorar ayer,
nuestras faltas de hoy, también son la alegría del mañana.
Las personas se van, los amores a veces se pierden en el tiempo, los
problemas se solucionan. Hasta el mismo Sol, se va cada noche, para renacer al
día siguiente.
No te quedes en medio del camino, no te quedes nunca, porque allá… Hay algo
bueno, y estoy segura, de que te va a llegar.
Encarna Recio Blanco.