martes, 12 de enero de 2010

Días de nieve y sal...


Días de nieve y sal

De frío intenso…

El mundo está helado

Por fuera y por dentro.

Hoy no sale el sol

Está constipado…

Pero los fantasmas se asoman

Aunque estén helados.

 El mundo está por fuera blanco

Y  por dentro negro.

Aterido de tanta injusticia

Y tantos siniestros.

El Cielo peina a los campos

Con un blanco manto…

Pero la tempestad arruina

A los seres humanos.

Sobre la nieve se oye llorar

A la noche

Porque un mendigo ha muerto

Aterido…

Entre unos cartones.

 

Encarna Recio Blanco.





sábado, 9 de enero de 2010

Hoy han sentenciado a muerte.

Hoy...
Han sentenciado a muerte a mi corazón.
Pido cadena perpetua para el ladrón
y que nunca lo saquen de la prisión.
Sentencio a su alma al país eterno.

Que vague cansada
por entre los muertos.
Donde no haya luz sólo las tinieblas
con la cruz a cuestas por sus miserias.

En los pies y en las  manos que le pongan grilletes.
En la negra celda un cirio  candente,
donde en el silencio haga confesión
por tanto martirio como me causó.

Hoy le regalo todos mis temores
para que en las noches  grite mi nombre,
y cuando comprenda por lo que he pasado...
que pida perdón a Dios

Yo lo he perdonado.


Encarna Recio Blanco.

viernes, 8 de enero de 2010

Cuando llega la noche.




Cuando llega la noche
a veces a hurtadillas
no la veo, pero la siento
detrás de mis costillas.

No me resigno y llamo
a la luna que venga,
me hace compañía un rato
pero después vuela.

Una gata en celo vigila mi puerta
la digo que pase
y la descarada,
se da media vuelta.

Un mendigo pasa con una botella vacía
va dando bandazos
de esquina, en esquina,
le digo que pare, pero no me mira.

Las luces opacas de las cuatro esquinas
parecen quejarse.
No quedan amantes
ni besos sobrantes.

Es el panorama tan desolador
que cierro las puertas,
 las ventanas,
 y apago la luz.

Entonces me encuentro conmigo,
con mi sombra,
con mis recuerdos
y somos un batallón.

Encarna Recio Blanco.


En la fuente milagrosa.





En la fuente milagrosa de tus labios
aquella tarde sediento me dejaste beber
y cual ceremonia sagrada la bebía
en aquel oasis de amor y placer.

Como equipaje llevaba
muchas penas a mi espalda
y un fiel perro en el camino
que siempre me acompañaba.

No hicieron falta palabras
ni saludos del encuentro.
 Nuestros ojos dijeron...
lo que sentimos por dentro.

Encarna Recio Blanco.

jueves, 7 de enero de 2010

Ahí va la loca…



Ahí va la loca…  con su cuaderno de versos,

Dicen riendo los niños, dicen las brujas del pueblo.

Que tengo la cabeza llena de pájaros.

Que tengo en la mochila secretos guardados.

Que tengo dos amantes y muchos queridos.

Que me quedé soltera por un capricho.

Que tengo mi casa llena de libros,

Que están mohosos y que no he leído.

 Estoy tan sorda, tan sorda, que a nadie oigo.

Sólo a mi corazón…que sí está loco.

 

Encarna Recio Blanco.




No he visto a nadie...


No he visto a nadie esta tarde

Que fuera sonriendo.

Ni con las manos cogidas.

Ni con los ojos abiertos.

 He visto caras sombrías

Con prisas corriendo

En esa veloz carrera,

Que llega a los infiernos.

Con las mentes ocupadas

Tal vez,  sólo del dinero

Del poder y de avaricias,

Con los sueños por el suelo.

No he visto al amor…

Por ninguna parte.

Ni en los jóvenes,

NI  en los viejos.

 A nadie que se diera un beso

Apasionado,

O que viviera su ensueño.

Dejo el parque solitario

Me voy a casa corriendo…

Allí me esperaban mis musas

que me dicen: vimos al amor…

 Pero iba corriendo.


Encarna Recio Blanco.