Con la pluma en una mano, y el corazón en la otra,
Recorro mundos perdidos escondidos tras las horas.
Mi pasión es importante mi locura, necesaria.
Que sucedan historias qué bien merezco contarlas.
El amor y el desamor son el motor de mis días.
Cuando las sombras me acechan me alumbra…
¡La poesía!
Le doy vida a las palabras, acuno a mis sentimientos.
Voy abriendo corazones y regalando mis versos.
Los sueños son en mi vida despertares de misterios.
Llantos y gritos mudos que tiemblan en el silencio.
Paso…a paso y casi sin darme cuenta quiero correr
Y me paro.
Voy de la pena a la sonrisa, y de la alegría al llanto.
Encarna Recio Blanco.