Que en mi
vida siempre anda acechando,
Que
remueve la sangre de mis venas
Y que
parte mi camino hacia dos bandos.
Hoy mi
mente no quiere fantasías.
La
realidad es más sutil que el llanto.
La verdad
se impone sin medida
Entre el
negro amanecer de tus encantos.
¡Porque
mi Dios quisiste que le amara!
¡Porqué
de este dolor que estoy sintiendo!
El
destino ha emitido su sentencia
Yo siento
su calor aquí en mis dedos.
El valor
de las leyendas y los cuentos
Las
canciones y sus letras se resbalan
Y se
encierra en mi garganta un deseo
Que no es
otro, que vivir siempre en su calma.
Bajaremos
de éste lado la bandera
Y
hundiremos nuestra historia en el olvido.
Aunque
por un rato quisiera ser sincera
Y jurarte
que sin ti, no habré vivido.
Encarna
Recio Blanco.