viernes, 21 de febrero de 2025

Las horas aparecen de repente...

 

Para todos aquellos que estén privados

¡De su libertad!

Las horas aparecen de repente en el dique  seco del silencio.

El rio de los recuerdos se desborda con imágenes borrosas.

Tras el muro negro emergen viejas sombras que aprisionan

A muchos corazones  malheridos y con las alas rotas.

 ¡A lo lejos! ¡A lo lejos!

Resuena el mar bajo el hechizo de las olas con el bullicio de las caracolas

Y con el aleteo incansable…de las gaviotas.

La viva marea a veces se estremece  y se torna furiosa sacudiendo

A los barcos que a la deriva naufragan entre la tormenta y espumas  tenebrosas.

Las horas  se suceden silenciosas arrinconadas en el muro de la deuda

Rememorando lunas y soles…rezagados por la penitencia.

Corazones aprisionados velan el festín del desencanto…

La libertad… se pudre y llora con el paso galopante de las horas.

Entre las garras de la circunstancias, con las puñaladas del azar abiertas

En la fábrica del llanto y la tristeza, las  almas se encadenan.

Siempre…siempre mirando al horizonte con el desaliento de la enmienda, 

Con la esperanza encadenada al mástil de una quimera.

Escarchas en un Cielo que palpita…besos que arden y en cenizas quedan

En bocas secas y desalentadas…sin el fuego en sus venas.

 ¡Silencio!! ¡Silencio!

Que ha llegado ya…otra nueva  primavera, emergiendo de entre las sombras, 

Con la esperanza por bandera gritando, que la libertad ha llegado ¡Y qué os espera!

 

Encarna Recio Blanco



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