La noche pasa sin mediar ni una palabra
El viento en su letargo, toca mi
puerta y se para
Se apodera de mis sueños, un demonio
vengativo
Que me recuerda cansado, que no estás,
que ya te has ido.
Lloran lágrimas de sangre, los mantos que no me arropan
Tengo sed, y me contengo, está
sangrando mi boca
Alguien roza con sus uñas, la esquina
de mi almohada
Al mirar escucho algo y siento, un
escalofrío en mi espalda.
Veo a un hombre que no conozco, ni su aliento
Ni sus manos, no reconozco su risa, ni
el tacto de su costado
Me ama, yo lo quiero y lucho, creo que
en vano
Y cuando más me rebelo, más se atan
mis dos manos.
Cuando me creo rendida veo a Dios, que me está mirando
Un perfume que conozco, calma mi sed de inmediato
¿Eres tú mi amor que has vuelto? ¿Estás
de nuevo a mi lado?
El hombre desaparece, vuelve a mi piel su suave tacto
Y noto que me palpita, el corazón en mis
manos.
Pero de pronto despierto y, en la
esquina de mi cama
Siento de nuevo ese aliento, y no
estás amor…
No estás...aunque te siento.
Encarna Recio Blanco.
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