Trabajo con ellas,
Son las que dejan a mi corazón
En
el barbecho para la siembra.
Dejadme con ellas a cuesta por senderos
Con
flecos de la verde hierba
¡Que
no me pesan!
Que
son las que me ponen las alas
Para
volar por el cielo con ellas.
Las que me hacen que no me aleje
De
un mundo donde las guerras pululan.
Donde
los niños lloran entre balas.
Donde
el hambre cuesta lagrimas.
Donde los poderosos sementales
Sacian sus vicios violando a niñas.
Donde
los seres humanos mueren
Cada
día en el mar a la deriva.
¡Dejadme que trabaje con ellas!
Que
siga buscando el camino de la luz
Para
encontrar donde posarme.
Donde
poder tocar la lira y escribir.
En el desconcierto de una tierra
Que
se va desgranando poco a poco.
Quisiera alejarme de este mundo.
Un mundo donde el tiempo se malgasta
En forjar cadenas.
En
llenar de sucios dineros las alacenas.
Donde
se asesina y se roba a sangre fría.
Donde
la justicia está podrida y retardada.
Donde
los montes mueren ardiendo
Hecho
cenizas.
Pero no puedo, alejarme de la faena,
Mis
fuerzas me atizan para que siga en la brecha,
Y
para denunciar el horror que asola esta tierra.
Legisladores, dirigentes, mandatarios,
Políticos
de tres al cuarto, gobernantes,
Cabezas
pensantes…
Qué hacéis en un mundo donde el hambre,
Las miserias y las injusticias
Acosan
a tantos seres humanos.
¡Solo tenéis hambre de poder!
¿Donde
está vuestra vergüenza?
¿Dónde
vuestro corazón?
¡Dios mío…Dios mío!
¡Porqué nadie me oye! ¡Porqué!
Encarna Recio Blanco
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