Este año solo quiero con mi carta, daros las gracias por los regalos del
año pasado, voy tan liada, que no me dio tiempo ni de agradecerlo mi más
sincero agradecimiento por ello.
Fuisteis muy generosos
conmigo, llegasteis cargados a mi balcón dejándome mucho más de
lo que os había pedido, y como vosotros sabéis, eran cosas que no eran
tangibles ni se pueden coger con las manos, pero que las atesoré con gran
ahínco en mi corazón, para después irlas repartiendo una a una a todos
aquellos que las necesitaban más que yo.
No he perdido la ilusión, ni los sueños que anidan en mi corazón, ni
las ganas de trabajar, ni la alegría de vivir, ni las ansias de saborear unos
besos.
He vivido cada segundo de mi vida como si fuera el último, animando a la
ilusión, faenando con mi impaciencia, soportando las ausencias, gateando por
los tejados en busca de enmienda, quitando de las manos de los violentos, los
fusiles, robándoles el rosario a las beatas de mi
iglesia, encarándome en las filas del paro, con los mandatarios
de tres al cuarto, que no tienen vergüenza.
Cosiendo y bordando una nueva bandera, intentando tapar la boca a los
que solo saben mentir, para llenar sus carteras, he llorado y he reído al ver
la gratitud en los ojos de un errabundo compartiendo mi mesa.
Durante este año he seguido aquellos sabios consejos que os pedía y que
vosotros tan generosamente, me escribisteis en aquel pergamino dorado.
He tenido un poco más de paciencia de lo habitual, y mira que es difícil,
en estos momentos en los que el mundo va a una velocidad de vértigo.
He seguido llenando folios con mis sentimientos, aunque solo sea el viento
el que luego se encarga de expandir por el Cielo.
Aquella Paz que os pedía también la he ido distribuyendo con mesura, pues
estamos tan necesitados de ella, que se me ha quedado un poco corta al quererla
repartir, la he estirado lo más posible, pero me ha faltado, si os sobra podéis
dejarme un poquito más este año.
Queridos Reyes Magos…Podéis dejarme el trozo de carbón que me he ganado, ya
que no he podido dejar de fumar, y eso que lo he intentado varias veces, a ver
si este año puedo conseguirlo.
Os quiere esta mujer-niña que aunque ya va siendo un poco mayor, nunca ha
querido perder la ingenuidad de cuando era una niña.
Encarna Recio Blanco.
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