Ya no me quedan esperas ni llegadas.
Ni farolas mohosas ni posadas.
Ni desiertos de arenas donde enterrarlas.
Tengo las fuerzas desgastadas de tanto usarlas,
En la tremenda porfía de mis esperanzas.
Ya sólo quiero dormir con la Paz abrazada.
Estoy muy cansada, muy cansada…
¡De tantas batallas!
Encarna Recio Blanco.
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