Junto a
la fuente cristalina
estoy
sentada.
A mi
alrededor unas palomas
me miran
extrañadas.
La tarde
languidece
con
susurros de magia
mis ojos
quedan fijos
en la
danza del agua.
Transeúntes
pasan
con las
caras largas
en sus
manos papeles
y en sus
miradas la nada.
La fuente
sigue su ritmo
que sube
y que baja .
Las
palomas buscan por los suelos
unas
migajas.
Quise
sacar mi pluma
para
plasmar la estampa
pero mis
musas huyeron
alborotadas.
Encarna
Recio Banco
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