Si tienes
que marcharte
hazlo sin
despedidas
sin
miradas de misterios
y sin
noches a escondidas.
No me
abraces al partir
ni me
digas que me amas
déjame
que intente odiarte
aunque
derrame mis lágrimas.
Aunque
sienta que me estalla
de un
chasquido el corazón
que sabes
que me delata
cuando te
miro mi amor.
Vete de
noche y a prisa
que ni
siquiera te escuche
como un
ladrón que se escapa
por la
techumbre.
Que nos
sirvió de escondite
de huidas
y de secretos.
Vete sin
que recuerde…
El sabor
de tus besos.
Encarna
Recio Blanco.
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