Esperé a que llegara
nuestro momento
pero el tiempo puso
fin
a tan largo tormento.
La vara nostálgica
de todos mis deseos
dejó de tener poder
y rodó por los
suelos.
Del cielo cayó
el último lucero
y los atardeceres
de fuego se
vistieron.
Lloraron los Ángeles
lágrimas de fuego
y hasta la muerte
vino a mi entierro.
Sonaron las campanas
llamando al duelo
y la luna no quiso
asomarse por el
cielo.
Encarna
Recio Blanco
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