Temprano despertó la madrugada
moviendo cada cosa de su sitio
dejando sin fuerzas ni esperanzas
vuestro equilibrio.
Atajando con las manos los impulsos,
adaptando los estragos,
no hay día que no os preguntéis
si es que Dios os estaba abandonando.
¿Qué te estaba sucediendo,
por qué a ti que tanto había luchado?
Buscando entre libros y memorias
la respuesta que nadie había creado.
Asumiendo pesadillas
con la tristeza por carga.
la pasión no aparecía
y el Mundo no os importaba.
Empezasteis a sentir el frío
de mil montañas heladas
las palabras no valían
y las fuerzas os fallaban.
No queriendo desistir
de la tremenda tarea
os enganchasteis las armas
para ganar la contienda.
Aceptando ése destino
con el coraje y las ansias
con la ruleta que os daba
la puñalada.
No hay razones ni motivos
ni se lo deben de buscar
sólo Dios traza caminos
y por ellos hay que andar.
Si os fallaran las fuerzas
las reclamáis a quien las pueda donar
y si las manos os tiemblan
las tenéis que sujetar.
Ayudarán los que quieran
en ésta causa trabajar
los que sientan el amor
unido a la Caridad.
El valor en vuestro puño
el coraje y la pasión
y las agallas las fuerzas
que impulsen al corazón.
También tendréis futuro
porque bien lo estáis sembrando
y sentir que Dios a nadie nunca,
les deja abandonado.
Él sólo nos manda pruebas
que hemos de ir superando
a los fuertes las más duras
porque sabe que ganamos.
Temprano madrugó la madrugada
llenándoos de sueños renovados.
Pensar que somos muchos...
los que estamos a vuestro lado.
Encarna Recio Blanco
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