jueves, 27 de febrero de 2025

¡Bueno y ahora qué!

 


¡Bueno y ahora qué! ¿Es que nadie está contento?

Porque pasan unas cosas…que yo no me las invento.

 Qué lío con  la Amnistía!

¡Qué desastre con la Dana! que están esperando

Los pobres la ayuda, sin que nadie aparezca

Por sus derruidas casas.

¡Siéntate y espera dice el concejal!

¿Dónde está el dinero de los contribuyentes?

¿Dónde fue a parar? ¡Dios mío que desastre!

La gente tiembla de miedo y de espanto  

Al ver a los diputados en los hemiciclo vociferando

 Diciendo: Y tú más… y tú más…y al pueblo de dan

Cada día menos.

En las escuelas los niños…preguntan a sus maestros

Él porque hay en el Mundo…tantos desafueros.

Y los maestros callados… sin poder darles respuestas

Les ponen el ordenador delante…

O les mandan a la merienda.

 Y no quiero hablar de la justicia  ni de los jueces

Ni de los imputados ni de los inocentes

Hay una trama  tan liada que no hay quien la descifre

Nadie se atreve…porque alguien… no quiere.

 De la religión no hablemos, unos quieren y otros no

Y los padres  se plantean, hablar con el director.

Porque se abren en el entorno del colegio

Unas  Mezquitas lujosas donde invitan a gaseosas.

De la  condonación de la deuda no quiero hablar

Porque hace veinte años que prometieron que el AVE

Llegaría a Extremadura y los pobres van en burros

Por carreteras maltrechas, y trenes entre raíles de pena.

¿Bueno y ahora qué hacemos? ¿El pueblo indignados?

¿O como ovejas mansas seguimos a los verdugos?

Callados, amilanados y los periodistas diciendo lo

Ellos quieren que digan, sin la libertad de prensa.

España una vez fue una grande y libre

Ahora está en trozos  dividida y destrozada

 Sin casas para vivir y amordazada

Y en vez de libres estamos  encarcelados

Y en la boca con las mascarillas…

En plan pandemia

  

Encarna  Recio Blanco


sábado, 22 de febrero de 2025

Sin tinta se queda...

 


 Sin tinta se queda mi pluma

Se ríe de pronto el papel

Ya mis manos ya se agarrotan

Y el tiempo no quiere correr.

 El Cielo veo sin una estrella.

La luna cambió su rubor.

La brisa se duerme en recodos

Sin luz y sin son.

El Mundo sigue dando vueltas

Y los demonios acechan

Llevan asidas las armas

Y muy negras sus banderas.

Busco motivos, razones

Que me hagan despertar

Pero mi abulia se mece

Sin ganas de batallar.

Y sigo en mi madriguera

Sin centinela a la puerta,

Pidiendo a Dios que destruya

Los grilletes de mis piernas.

 Si llegara este mensaje

A algún náufrago como yo...

Le pido que me rescate

Y me ayude en la misión.



Encarna Recio Blanco.



viernes, 21 de febrero de 2025

Las horas aparecen de repente...

 

Para todos aquellos que estén privados

¡De su libertad!

Las horas aparecen de repente en el dique  seco del silencio.

El rio de los recuerdos se desborda con imágenes borrosas.

Tras el muro negro emergen viejas sombras que aprisionan

A muchos corazones  malheridos y con las alas rotas.

 ¡A lo lejos! ¡A lo lejos!

Resuena el mar bajo el hechizo de las olas con el bullicio de las caracolas

Y con el aleteo incansable…de las gaviotas.

La viva marea a veces se estremece  y se torna furiosa sacudiendo

A los barcos que a la deriva naufragan entre la tormenta y espumas  tenebrosas.

Las horas  se suceden silenciosas arrinconadas en el muro de la deuda

Rememorando lunas y soles…rezagados por la penitencia.

Corazones aprisionados velan el festín del desencanto…

La libertad… se pudre y llora con el paso galopante de las horas.

Entre las garras de la circunstancias, con las puñaladas del azar abiertas

En la fábrica del llanto y la tristeza, las  almas se encadenan.

Siempre…siempre mirando al horizonte con el desaliento de la enmienda, 

Con la esperanza encadenada al mástil de una quimera.

Escarchas en un Cielo que palpita…besos que arden y en cenizas quedan

En bocas secas y desalentadas…sin el fuego en sus venas.

 ¡Silencio!! ¡Silencio!

Que ha llegado ya…otra nueva  primavera, emergiendo de entre las sombras, 

Con la esperanza por bandera gritando, que la libertad ha llegado ¡Y qué os espera!

 

Encarna Recio Blanco



jueves, 20 de febrero de 2025

Tiembla mi cuerpo...


Tiembla mi cuerpo en tu cama

Por este amor que dormido

Pasa escuchando el latido

De mi corazón sin freno.

Es obsesión y veneno

O quizás ya sin sentido

Sea peor estar viva

Que muerta en un cementerio.

Tengo rencor y coraje

Tengo valor y soy fría

Temores que nadie escucha

En mis noches y en mis días.

En un baúl sin cerrojos

Encierro a tu corazón dormido

Para que no se me despierte

Cuando yo, ya me haya ido.

Cada noche en mi balcón

Pasean miles de estrellas

Mis pasiones las guardé

Para que nunca los sepas.

Se perderá nuestra historia

Bajo el calor de una vela

Pero sé que al despertar

Volveremos a encenderla.

 

Encarna Recio Blanco.


miércoles, 19 de febrero de 2025

Para Juan Carlos Calderón.

  

 

 Alma bella…

Hombre con nombre  de Reyes

Que portas en tu corazón con gallardía

La nobleza, el amor y la alegría.

 Al que Dios le dotó de esos dones

Que expandes con ligerezas, cual

Los trinos de mil gorriones

Y el canto sublime de la primavera.

 Susurros de los amores

El canto de mil sirenas

La placidez de los mares

Y el resplandor de una estrella.

Llegas con tu voz pausada

A traspasar las fronteras

A calmar a los que están heridos

Tras las duras contiendas.

Las melodías de tu garganta

Se escapan traviesas

Para alegrar a todos aquellos

Que el amor no encuentra.

Regalas la libertad al que preso

Y entre rejas…

Está pagando un error

Con una dura condena.

Tu voz abre los corazones

Resucita al decaído…

Y a los que no son poetas inspiras

Como a mí… en este día.

¡Adalid de la alegría!

¡Qué quieres que yo te diga!


Encarna Recio Blanco


lunes, 17 de febrero de 2025

Cuando llega la noche...


Cuando llega la noche

Tiembla mi cama

Se mueven las hojas

Del otoño malva.

Levanto mis alas

Abro mis ventanas

Y me escapo a oscuras

En busca del alba.

 Treinta fueron pocas

Las noches pasadas

En las que esperé

A que tú llegaras.

 Cuando se agita la noche

Mis dedos danzan

En éste  papel

Que llora y que calla.

  

Encarna Recio Blanco