viernes, 29 de noviembre de 2024

No sé lo que pasa...


No sé lo que pasa a mí alrededor

Que por más vueltas que doy

No encuentro la razón.

 Vivimos en un Mundo

Que se ha vuelto loco

La tierra se abre con lava y fuego

Y los cauces  anegando el entorno.

 Vidas, y casas, de muchos pueblos.

Naciones del Mundo en guerras

En manos de asesinos y tiranos

En urbes y campos matando

A muchos seres humanos.

Inocentes que huyendo

Entre  bombas y metrallas

Van buscando cobijo y Patria

Calor, y bonanzas.

Dictadores, sentenciando

Jueces que venden su toga

La droga que  entra y enriquece

A los malvados por nuestras costas.

Ladrones, farsantes, violadores

A pecho descubierto operan

Por una puerta entran en la trena

Y por otra salen con la paga.

 ¡Los sinvergüenzas!

 Siervos, bufones y palmero

Al lado del poder

Los labriegos trabajando

Para poder comer.

Si el pueblo salva al pueblo

Es el momento de orden poner

En tantos desconciertos

Para poder vivir libres, y contentos.

Sin armas y sin banderas

Sin disturbios ni saqueos

Las guerras no se ganan

Con las armas… se ganan

 ¡Con el buen hacer y la palabra!

 

Encarna Recio Blanco.


miércoles, 27 de noviembre de 2024

Ay! Otoño...

 


 ¡Ay otoño!

¡Qué quieres que te diga!

Si en esta tarde tan triste y  ennegrecida,

Sólo el dolor me acompaña

Al ver a muchos seres humanos

Que entre el fango, perdieron sus vidas.

¡Ay otoño! ¿Qué quieres que te diga?

Cuando mis lagrimas amargas

Van borrando la tinta en este folio

Y mis manos ateridas en el intento,

Se debilitan.

Cuando en mi entorno  el desastre

El dolor, la ruina y también la ira

De aquellos seres humanos  

Que perdieron todo lo que tenían.

¡Ay otoño! ¿Qué quieres que te diga?

No sé de quién fue la culpa

No busco culpables,  busco

A gobernantes que cumplan

Con su deber cuando un pueblo

Les necesita…les necesita.

 ¡Ay Otoño!

¡Qué quieres que te diga!

 

Encarna Recio Blanco.


sábado, 23 de noviembre de 2024

Trotando sin rumbo...

 

Trotando sin rumbo por las callejuelas,

Voy buscando los avíos  para zurcir una quimera.

Entro en la trastienda  de una mercería,

Y entre las madejas me siento perdida.

El hilo es muy  gordo no cabe en la aguja,

El dedal  se me escapa del dedo

Y mi paciencia se sulfura.

Esas labores ahora, me dice la dependienta,

Son tan antiguas, que se han pasado de fecha.

Salgo de estampida de la mercería,

Y en la acera me encuentro una gran sonrisa

La pongo en mis labios y la paladeo

Me sabe a pimienta y a besos.

Encadenada a mi locura,

Sigo por estas callejuelas

Sin conseguir lo necesario para la faena

Y a cuesta sigo con mi quimera.

Me cuelo en la iglesia, y enciendo una vela

Para que me alumbren  mis pobres seseras.

Cansada me adentro en una taberna,

Y entre copa y copa recito poemas.

La noche cabreada me dicen que quiere dormir.  

Que también me vaya a la cama a dormir

La tajada. 

Encarna Recio Blanco.


martes, 19 de noviembre de 2024

Me duele el corazón-Cartas de amor-


Me duele el corazón de tanto amarte, y el alma de esperarte sin respuesta. Le pido a los dos, que no se marchen, pero ellos siguen, no contestan.  Quisiera entregarte mis dos manos para que obrasen siempre a tu manera y a los pies, para que en sueños, vuelvas por aquí, aunque no quieras.

Quisiera yo nombrarte el patriarca de los muros que encierran mi tormento y guardián de las lanzas que de noche, se clavan en mi pecho mientras duermo.

Quisiera que entrases de puntillas y sin ruidos, y  te acostases a mi lado y pasar así los años que me quedan, enlazada a tu pecho y a tus brazos.

Cuando no me quedan sueños en la alcoba, recojo aquellos que dejaste, y miro al mar y no contesta, ¿Será que a él también lo enamoraste?

Me confieso una testigo traicionera, un capitán que abandonó su barco, un ruin que a todos desespera.

Tuve magia, tuve tiempo, tuve momentos opacos, tuve sol y tuve viento, para buscar el valor que no encontramos.

 Pero ahora, sin prestarme atención, ya se marcharon, me dejaron sentada sin testigos, y con menos que con más, me abandonaron.

Y es que el mal, no se comprende, y el llanto por un rato es un buen amigo, pero al tiempo él se cansa de nosotros, y nos deja más que nada, deprimido.

Me sobran años mi amor para pasarlos contigo, me sobra más, y mucho mas corazón, que a ti nieve en los bolsillos.

Pero me falta tu amor, tu tiempo y tu vanidad, me falta la razón que tú me has de arrancar, me falta al despertar, y al acostarme después, y si hago balance también faltas en mi cama, otra vez.

 Si consigues algún día renovar tus prioridades, y  me pones la primera, o la segunda, o ¡Quién sabe! no hace falta que me llames, estaré sin previo aviso.

Espero que tú me esperes, como hasta ahora me has dicho.


  Encarna Recio Blanco.

lunes, 18 de noviembre de 2024

Por dónde...


¿Por dónde os habéis escapados?

Bellas musas

¿En qué puerto habéis anclado?

Que estoy mirando este mar

Sin divisaros.

No me abandonéis que quiero

Buscar a mi corazón

Que del pecho esta mañana

Se me escapó.

Venir, venid en bandadas

Para ayudarme a escribir

Lo que siento sin mi corazón

Que se cansó de latir.

¿Dónde estoy que nada veo?

¿Por donde vago que no peso?

¿Donde se irán estos versos?

¡Si no hay ojos para leerlos!

 

Encarna Recio Blanco.

domingo, 17 de noviembre de 2024

Apostados en la esquina.Sátira-

 


Apostados en la esquina veo una cuadrilla,

Están repartiendo los votos, para las elecciones

Que se avecinan.

Los primeros son de izquierda, con barbas

Y caras serias, y cuando alguien se acerca,

Le endosan la papeleta.

Los otros  son  de derechas, bien vestidos

Y educados que se acercan y te dicen:

¡Que la crisis se ha acabado!

Los de enfrente son del centro, estos van

Con música caribeña, te saludan y se jactan

Diciendo, que ganarán la contienda.

Tal vez estén en el paro, los pobres,

Esos que te dan las papeletas, y el partido

Les ha prometido un salario de primera.

Les han dicho que si ganan las elecciones

Les van a enchufar en Cáritas para que coman

Caliente todas las semanas.

Hay un revuelo por la plaza de lenguas que vitorean

Cada uno a su partido, sin que nadie los entienda.

Estoy mirando el tumulto y me asoma la vergüenza,

De los pobres charlatanes que les pagan,

Con una simple merienda.

¿Dónde están los peces gordos?

Dice uno que les contemplan en aquella plaza

Que me parece, el circo de las pendencias.

Ellos estarán en sus yates, dice el otro que se acerca,

O en sus enormes mansiones, sin dolores de cabeza.

O se irían de vacaciones alguna playa desierta,

Donde el presidente de allí, les regale hasta una hacienda

Mañana aparecerán sin corbatas ni chaquetas,

En el mitin que darán, en la puerta de la iglesia.

 

Encarna Recio Blanco.