viernes, 21 de marzo de 2025

¡Poesía! ¡Quiero felicitarte amada mía!


 ¡Poesía!

 ¡Quiero felicitarte amada mía!

Te llevo  tan dentro que eres parte de mi vida

Si no te tengo a mi lado no sé lo que haría.

Cual droga te busco para que me calmes

Para que me alegres, para que me ames.

Eres esa dulce melodía que me emborracha

Cuando el amor a mi puerta llama.

¡Te necesito!

Cuando el dolor siento, el desamor presiento

Cuando la risa me llena y  cuando la tristeza acecha.

Eres compañera de mis fechorías

Cuando mi pluma a veces, se dispara con osadía.

Tratas de enmendarme pero soy tozuda

En el pensamiento y en la altanería.

Eres un oasis por donde me pierdo

Cuando ya no puedo más con mi enorme cargamento.

Eres  mi paz  mi sosiego, alimento de mi alma

Compañera de fatiga en las batallas.

¿Qué te diría poesía en este día?

Si mi amor está muy lejos, y en otra compañía.

Que vivo y que muero, que grito y que lloro

Y que los cielos hoy, tienen mil cerrojos.

Siempre te cuento mis cuitas y todo lo que acontece

En este mundo de locos, donde mi pluma perece.

Siempre demandando paz, sembrando esperanzas

Para aquellos que estén tristes

Florezca la luz en sus almas.

No sé si mi métrica será la adecuada.

No sé si los ritmos están  engarzados.

No sé si la estrofa está desmedida

Sólo sé, que es el corazón y el alma

Quien me  lo dictan.

Eres ésa dulce  pócima que me emborracha

Con el néctar de tu aroma mi corazón descansa.

Eres indescriptible, etérea bella por dentro y por fuera

¡Quien tuviera la llave para abrir tu puerta!

“Decía León Felipe:”

 Deshaced este verso, quitarles los caireles de la rima

El metro, la cadencia y hasta la idea misma.

¿Qué importa que la estrella esté rémora?

Y deshecha la rosa.

Aún tendremos el brillo y el aroma.

Aventad las palabras y si después

Queda algo todavía…

Eso será…La poesía.

¡Felicidades…Amada mía!

Encarna Recio Blanco.



¡Ya está aquí la primavera!


¡Ya está aquí la primavera!

 Primavera del alma, primavera florecida que deja un misterioso perfume en nuestra vida.

Primavera del alma, de perpetuo esplendor, que convierte en sonrisa la mueca del dolor.

 Primavera de ensueño que nos traza un camino en la intrinca selva donde acecha el destino.

Primavera que canta si el huracán la azota, y que da nuevo aliento tras de cada derrota.

 Primavera magnánima, cuyo verdor feliz rejuvenece el árbol seco hasta la raíz...

 Amor es la ley divina de la plenitud humana; dolor que hoy nos agobia y añoramos mañana...

¡Eso es amor, esa es la primavera!

Encarna Recio Blanco


domingo, 16 de marzo de 2025

Soy algo más que eso-Reflexiones

 


Soy algo más que eso, por eso, no me interesa lo que diga  la gente, que sólo me  miran por fuera.

Tal vez, a algunos les parezca  una  ilusa  romántica, una loca presumida, una osada poetisa, una mujer contestataria y rebelde, rebelde sí que lo soy, ante esta sociedad cruel y contaminada. No me interesan las opiniones de aquellos, que no saben mirar hacia adentro, que es donde se guardan y están íntegros los tesoros, en este caso, mis tesoros.

El fuego que encienden  mis pasiones, siempre tienen  hambre y sed  de justicia, de solidaridad, de buena compañía, de mejores obras, de esparcir sonrisas, de leer un buen libro, de estudiar los misterios  de esta efímera vida.

No me busquéis  para ir la guerra, ni me invitéis  al convite de  la discordia, ni al ágape del odio, ni a la comilona del político de turno, ni a dar palmaditas en las espaldas de aquellos,  que no merecen ir bajo palio en una procesión de la Virgen, no me busquéis por rincones oscuros, ni en noches de tormentas.

No me invitéis a una copa de alcohol, soy abstemia, invitarme a acompañar a los que estén solos, a los  enfermos,  a los que necesiten una mano para caminar, o una sonrisa para respirar.

Buscarme para  que os recite  alguna de mis poesías, para que os cuente algunos de  mis ensueños, para que  hablemos  del amor, para que así comprendáis,  lo que de verdad siento y pienso, para que veáis por lo que lucho cada día, poniendo mi granito de arena para intentar hacer una montaña enorme, donde solamente puedan escalar  aquellos que se impliquen en hacer un Mundo más justo.

No intentéis robarme el corazón por la fuerza, ni me encerréis en una jaula, aunque  esta, sea de oro, ni oséis cabalgar por mi cuerpo como si fuera una bestia, ni quitarme mi autoestima, ni os pongáis  un maquillaje profano para venir a mi fiesta, ni intentéis despojarme de  mi libertad.

Si algún día me veis llorar abrazadme, abrazadme,  en silencio, y dejar que esas lágrimas, me hagan más fuerte y sobre todo, acompañarme si estoy sola, o si estoy triste.

No me importa lo que digan de mí los demás, si no me conocen por dentro, ni si llevo collares o rosarios en el cuello, ni si soy Recia en mis apreciaciones, ni sea Blanca, como llevo en mi apellido materno.

No soy perfecta, y lo sé, con mis miedos y mis temores camino en solitario, con mis alegrías y mis tristezas, me bamboleo con mis luces y con  mis sombras, y así,  intento cruzar lo mas dignamente posible, el puente de mi penitencia.

Pero lo que si tengo  en mi corazón amigos,  es un gran cargamento de amor para repartirlo, a quien lo necesite, por eso, y  por más, no me importa lo que digan aquellos, que no me conocen por dentro.

Encarna Recio Blanco.


viernes, 14 de marzo de 2025

Soy una errante...

 


Soy una errante pasajera

En un vagón de tercera

Sin maleta y sin billete

Hacia un destino…inexistente.

Me bajo del tren y me subo

Donde me apetece.

Y cuando tengo sueño duermo

Bajo los puentes.

Cuando tengo hambre me sacio

Con el néctar de las flores.

Cuando tengo sed me bebo la lluvia

Que del Cielo me viene.

Unas veces voy cantando

Sin música

Otras veces voy rezando

Sin rosario

Y me pongo a jugar con  la luna

Que alumbra mis pasos.

¡No llego a la meta!

¡Dios mío!

¡Hasta cuando!

¡Hasta cuando!

  Encarna Recio Blanco

 

miércoles, 12 de marzo de 2025

Con ochenta y siete años...

 


Con ochenta y siete años aquella mujer  la dan una mala noticia estando ingresada en un hospital  aquejada, de una grave enfermedad.

No sé quien le ha dado la noticia, pero lo que estoy segura es, que no era un alma caritativa, de sopetón la dijeron que su casa había sido ocupada.

Cuando he oído la noticia  me he quedando  sin palabras, mi ser, empezó a temblar, como tiemblan los cipreses en medio del vendaval, tan  indignada me puse, que me tuve que sentar, para no caerme de bruces en mitad de mi zaguán.

Allí, en esa misma cama donde quizás esté muriendo postrada le han dado la triste noticia a esa mujer tan mayor, y tan enfermita.

Esto es intolerable, que unos  bandoleros  se hagan  los amos de una propiedad que ya tiene su dueño. Desconsolada  la pobre mujer empezó a llorar con el gran desconsuelo que supone saber,  que en su casa viven ahora otros dueños.

En aquella casita humilde  que la costó limpiar y fregar los suelos, trabajar en el campo en los duros inviernos, y hasta pedir limosnas,  para pagar aquella hipoteca con el mísero sueldo que a la pobre, la daban en aquellos tiempos.

¿Y yo me pregunto? ¿Era necesario hacerlo en esas condiciones,  para empeorar aún más su estado? Creo que  tenían  que haber esperado hasta que mejorara, o hasta que muriera, sin ese añadido dolor en su alma y en su cuerpo.

No puedo imaginar el tormento y la amargura de esta pobre mujer enferma sin ganas de batallar, y con el gran dolor en su pecho.

¡Qué está pasando señores!  Me dirijo a este gobierno, con cabezas pensantes malignas, con leyes a sus antojos, para seguir a costa de lo que sea vivir, a cuerpo de reyes en palacios, con coronas y con cetros.

¡Quién se atreve a acompañarme! ¡Sin las armas de por medio! ¡Quién quiere gritar conmigo! ante tantas injusticias,  ante tantos desafueros, que cada día soportamos  callados y amedrantados, sin poder hacer nada por  este sufrido pueblo.

Para decir en voz alta y sin miedo que estas leyes son injustas, que los jueces  ya no saben cómo hacerlo, porque algunos con togas mohosas que se decantan para dejar en libertad a los culpables, a los poderosos que al pueblo robaron, y mintieron.

¿Dónde se nos fue nuestra alegría? ¿Dónde la tranquilidad? ¿Dónde la Paz tan ansiada que el pueblo unido quiere encontrar? Ellos nunca conocieron la Caridad y es por eso es, que el Mundo va… como va.

¡Dios mío!  Haz  como hiciste con los  fariseos cuando les echaste de Tu templo.

¡Tu casa no está en oración!  Está entre viles patrañas y atropellos.

 

Encarna Recio Blanco.


sábado, 8 de marzo de 2025

Día de la Mujer...

 



 Hoy  es el día internacional de la mujer,se celebra hace mas de 100 años en todo el Mundo, se conmemoran los esfuerzos que se han realizado para alcanzar la igualdad,la justicia, la paz y el desarrollo.

Por eso hoy y siempre, me declaro públicamente mujer, con mayúsculas, mujer de principios, con convicciones, con derechos,  con obligaciones y sobre todo, una mujer que ha luchado mucho por algo que debiera ser natural, el reconocimiento y la igualdad, para todas las mujeres del Mundo.

Ellas fueron valientes tal día como hoy pero de años anteriores, en 1908, y posteriormente  en  1948- cuando en realidad no éramos más que objetos, o lo que vulgarmente suele llamarse  mujeres floreros, o  monumentos decorativos.

Hoy, después de tantos años, aún seguimos luchando por los mismos derechos, han cambiado las formas, las palabras e incluso nosotros,  pero las fuerzas las ganas y nuestro ímpetu, sigue intacto.

Ellas, un día como hoy, levantaron la primera piedra, destruyeron los primeros muros,  y rompieron las cadenas más poderosas, apostaron sus valores por un sueño, y si aún vivieran ahora, podrían comprobar lo mucho que valió la pena.

¡Mujeres de todo el Mundo! No permitáis que nadie infravalore lo que sois,  que nunca se difame la denominación que portáis y que no se os respete, primero como personas y en segundo lugar como mujeres, no permitáis que la losa del tiempo os haga perder las ganas de luchar por lo que es nuestro.

Dios nos hizo iguales, nos dotó de diferentes apariencias, pero de muy sabios equilibrios,  y aunque no actuemos de la misma manera en cada circunstancia, a casi todas nos une la gracia de saber que somos libres, o por lo menos luchamos para ello.

Hoy recordamos con especial agradecimiento a todas aquellas mujeres que enderezaron las líneas torcidas del hombre, y que batallaron solas, ante una tierra hostil.

Sólo conociendo nuestro pasado podremos aprender de los errores e intentar repetir los aciertos, sólo si no olvidamos y seguimos luchamos contra la injusta quimera de la necedad, sólo entonces, habrá servido para algo aquella batalla que se libró, un día como hoy.

Encarna Recio Blanco