¡Santo Cristo de Monteagudo!
Enardecida…al Cristo de Monteagudo
Con los brazos abiertos
En su enorme escultura.
Ver su estampa en las llanuras
Nos alegra al encontrar la Paz
Y el amor de un padre
Que nos puede perdonar.
Con sus brazos al viento nos cobija.
Nos calma los dolores y las penas.
De aquellos que pasamos y lo vemos
Con una devoción desmedida.
Estampa serena y viva
Que a tu frondosa huerta iluminas
Haciendo de la noche, el día.
Forma parte de nuestra tradición
De nuestra Cultura
Y de ese fervor permanente
Que a los huertanos alumbra.
Fue tu imagen demolida un once
De aquel Septiembre
Cuando los corazones perversos
Portaban
los fusiles de la muerte.
De aquella maldita conjura floreciste
Como el azahar de tus limoneros
Que en primavera perfuman la huerta
Entre aromas y colores.
Después…
También quisieron derribarte
Sin compasión de tus alturas
Pero los parlamentos divinos
Actuaron con premura.
¡Santo Cristo de Monteagudo!
Que nadie intente derribar Tu Cruz
De donde está erigida.
Eres el símbolo vivo de un pueblo.
Del Mundo entero.
Y de todos aquellos que te miran
Con devoción y respeto.
Aquí nos tienes postrados ante Tu Cruz
Para pedirte perdón por las ofensas
Y para
que nos colmes de esa Paz
Que este Mundo necesita.