Tu cuerpo es la ofrenda
pura
Del más dulce veneno
A sorbos lentos relamo
Todos tus recovecos.
Voy a morir en el placer
Cuando me beba los
momentos
Y en el fondo me pierda
Por tu cuerpo erecto.
Un quejido asaltará tu pecho
Cual tormenta arrasando
los cielos
Y nos fundiremos en la
fragua
Donde se dobla el hierro.
Nuestros cuerpos
labriegos
Se afanan por el
barbecho
Donde sembrarás tus
semillas
En mi campo abierto.
Encarna Recio Blanco.
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