La
madrugada llega sin pedirme permiso, como un fantasma que quiere atrapar a su
presa, como un bandido esperando el atraco, como un enamorado que espera a su
amor.
Delante
de esta pantalla inmóvil, voy desgranando poesías, relatos y cuentos chinos
aunque no sepa el idioma.
Un
cigarrillo…dos…tres…tengo que dejar de fumar, uno de estos días susurro, pero,
esperaré el momento oportuno para hacerlo.
Quiero
levantarme de este sillón, que me tiene maniatada, cual reo en una silla
eléctrica que va directamente a ser
ajusticiada, pero no puedo, no puedo dejar de teclear en mi
ordenador, es como si quisiera darle el martirio que me suponen los
recuerdos, el momento, el pasado y el presente, o simplemente, lo que se
me ocurra en estos silenciosos momentos.
En la
vida hay fracasos, éxitos ,alegrías y tristezas, todo conglomerado
junto a nuestro talle, haciendo un haz con la liviana carga, o tal vez, pesada
carga, según nos vaya en la vida, o según tengamos el prisma con el cristal que
lo miramos.
He visto
a mujeres con esa terrible enfermedad que no quiero ni nombrar que me dicen:
¡Lo he superado! Y van contentas y con fuerzas pasando el mal trago.
Otras
mujeres en cambio, que al parecer lo tienen todo, o casi todo, buena
posición ,maridos, hijos y demás familia, son la cruz de esta moneda, sus caras
parecen de cera, sin un atisbo de sonrisa, sin esperanzas, me dicen: Tengo
depresión, y no es que lo dude, pero más bien creo, que tienen de luto el alma,
aun sabiendo y si no lo saben, se lo digo por propia experiencia, que podemos
tornar la tristeza en alegría en un segundo, no es una utopía puedo decirlo,
con conocimiento de causa.
Claro que
hay que ser optimistas en la vida, y ver las cosas siempre con un prisma de
fortaleza, pues las cosas que a veces creemos que son malas, pueden ser
buenas para sacar conclusiones, para fortalecernos y aprender a ser valientes,
en otros momentos que se nos puedan presentar.
Dios a
veces, parece que nos traza líneas torcidas, en nuestros caminos, pero Él
no se confunde nunca, siempre son caminos derechos, que no sabemos, o no
queremos transitar por ellos, por el camino fácil, todo el mundo sale
corriendo, por el difícil, nos detenemos abúlicos y no ponemos el esfuerzo necesario,
para conseguir esas metas, situaciones y periplos de la vida.
Las
campanas de la torre de la Iglesia retumban en mis oídos, una tras de
otra, no quiero contarlas…El tiempo es como todo, si lo dejas pasar por donde
él quiere, te ata de por vida, y si no lo dejas pasar a su libre antojo,
te hace mucho más libre. Me da igual que sean las cuatro, como las cinco, estoy
conmigo y con mis amigas las teclas.
La calle
está silenciosa, de vez en cuando, mis ojos se pierden por estas calles donde
siempre hay bullicio, bodas, comuniones, bautizos y fiestas de guardar.
Pero
ahora la calle, esta silenciosa con una tenue luz, que dan sombras amarillas a
los pocos viandantes, que oteo detrás de mis cristales.
Las
palmeras me acompañan con sus vaivenes placidos, me trae la brisa que me
hacen pensar, que estoy en un oasis lejos del mundo de las guerras, de los
naufragios que cada día leo y veo, en los medios de comunicación.
Ahora,
los cuerpos andantes estarán durmiendo algunos plácidamente, otros
tomando sedantes, otros atracando bancos, otros en las cárceles y los menos,
estoy segura, estarán haciendo el amor.
Y yo, que
debería de estar en la cama, estoy tocando cual sinfonía celestial, las teclas
de este ordenador, que me ordena, (Valga la redundancia) un descanso para mi
mente, y para mi cuerpo, pues voy a hacerle caso.
¡Buenas
noche…Noche!
Encarna Recio Blanco
Sigue escribiendo linda poetisa que me encantan tus letras.
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