lunes, 5 de abril de 2010

Cuando me percaté.



Cuando me percaté

Que la vida no era un cuento

Ya era demasiado tarde

Para el lamento.

Dejé de pensar en las hadas.

En las musas, en los ungüentos.

Que no o había ni castillos encantados

Ni príncipes de carne y hueso.

Empecé a vivir de otra manera

O moriría en el intento

Aunque a veces mi mente

Se escapaba por otros derroteros.

 Me encaré de frente a ella.

Dejé a un lado los sueños

Y me puse una coraza

Que me evitara el sufrimiento.

Y Aquí sigo, haciéndome la fuerte

Pero  más débil por dentro.

A cada paso que doy

Otro batacazo me sale al encuentro.

¡No tengo remedio!


Encarna Recio Blanco.



 


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