viernes, 9 de febrero de 2024

Comienzo a correr...

 


Comienzo a correr

Y ocurre que me paro.

Me pongo a escribir

Sin la pluma en mis manos.

Me pongo a llorar

Sin lágrimas ni causas.

Me echo a  reír

Sin  ganas.

 Voy tras de tus pasos

Y te me pierdes.

Escribo en el campo

Y tu nombre florece.

Beso su retrato

Y no me sabe a nada.

Cuando apago la luz

Apareces en mi cama.


  Encarna Recio Blanco



lunes, 5 de febrero de 2024

Me parieron...


Me parieron una mujer

Recia de genio

Blanca por dentro.

Con un corazón lleno

De fuego y  de verso.

 El mundo me transformó

¡Sin yo quererlo!

Porque confié en aquellos…

Que tenían miel en sus labios

Y veneno en sus corazones.


 Encarna Recio Blanco.


jueves, 1 de febrero de 2024

No te conocía mujer...

 


 No te conocía mujer, pero las dos aquel día

Nos cruzamos por la gran avenida

Sin medir ni un saludo ni una palabra

Cuando los villancicos por las calles ya se oían.

 Me tendiste la mano para que te diera

Tal vez, calor en las tuyas o una ayuda

 Para mitigar tu hambre atrasada

Tu dolor, tu sed y tu amargura.

 Seguiste por la acera y te perdiste de mi vista

Con tus manos tendidas al viento

Entre tus pobres harapos y con tu mirada

Perdida entre el frio asfalto que te sostenía.

 Hoy en las noticias he leído horrorizada

Que te han encontrado muerta…sin vida

Arrebujada a una mísera manta

Como un pajarillo sin nido y sin alas.

 Al ver esa estampa tan inhumana y cruel

Mi interior se ha revelado como un volcán

Que arde entre fuego y lava sin poderte

Donar tan sólo… estas dolientes palabras.

 Grito  y grito pidiendo Justicia, Paz, y Amor

¡Por este  mundo! ¡Dios mío!

¿Qué está pasando? Solo veo dolor

Injusticias y en los gobernantes mentiras.

 ¿Los que nos gobiernan no ven estas felonías?

  Les seguiré preguntando cada día de mi vida

 Si tienen conciencia, asilos y camas

Comida y abrigo, para tantas almas

Que no tienen nada, ni a nadie…

Que les bese el alma.

 

¡Descansa en Paz mujer!

 

Encarna Recio Blanco.


miércoles, 31 de enero de 2024

Calla que no quiero oírte...


Calla que no quiero oírte

Escucha solo el silencio

Que la noche pase despacio

Sobre nuestros cuerpos.

 Piel sobre piel y sentirte

Amarnos sin miedos

Sin padecer la derrota

De la pasión y el deseo.

 Tu alma será mi alma

Y sumidos entre besos

Por siempre seremos uno

Rozando lo eterno.

 Tus manos guiaran la senda

Por la que juntos vayamos

Hacia ese paraíso

Que siempre soñamos.

 Mil latidos compartidos

En el cenit de tu abrazo

Con la luna por testigo

Amándonos.

 Que pasen las  horas lentas

En el balcón del pecado

Con las benditas caricias

Que el cielo nos ha brindado.

 Ojalá pase la muerte

Y nos lleve de la mano

Para quedarnos por siempre

En la eternidad soñando.

 

Encarna Recio Blanco.


lunes, 29 de enero de 2024

Las sombras bailan...


 Las sombras bailan

Al ritmo de los jadeos

De tu cuerpo en mi cuerpo

Lleno de fuego.

Esta noche las estrellas

Tienen destellos nuevos

Para alumbrar nuestro lecho

En la ceremonia de los deseos.

 La luna envidiosa se asoma

Con su manto blanco

Para asistir al festín

De nuestros labios.


 De mi último libro

“Atardeceres de fuego”


Encarna Recio Blanco.



sábado, 27 de enero de 2024

Ella va tan ufana...

 


Ella va tan ufana paseando por las calles, con su mirada negra y perniciosa, oteando la presa como un león con hambre.

Ella no se para en edades, ni en las clases sociales, ni en machos, ni en hembras, ni si son jóvenes, o viejos, si tienen la piel blanca, o la piel negra, nadie se percata de su presencia ni se paran a pensar, que a su lado la llevan.

Todos van con cerrojos en los ojos y el macuto pesado, llenos de marañas en sus espaldas, tan aprisa en esa carrera, donde los necios  bregan, hacia la meta de la esclavitud, volando sin alas, hacia una empresa que le paga una miseria.

Cuando por la calle pasa Ella, hasta los muros se estremecen por su presencia, pero el ser humano ni se da cuenta, o la ignoran, como si no fuera con ellos la sombra negra.

Las calles ahora, están llenas de gentes que tranquilamente pasean, otras,  en veloz carrera quieren entrar en las tiendas, porque empiezan las rebajas y quieren atrapar la mejor de las prendas.

 Ella sigue oteando a sus presas…

Ahora, por los aires huele a cenizas funerarias, a gobiernos rearmados, a misiles que se estrellan sobre un avión, que con gran estruendo, explota llenos de almas, quedando carbonizados en la tierra.

Los edificios, ahora que se aproxima la Navidad, están iluminados con luces de colores de tal manera, que brillan con serpentinas onduladas como si fueran estrellas.

Dentro de esos edificios iluminados, los cuerpos moran con las miradas perdidas, las sogas al cuello, y sin decirse ni una sola palabras, se matan unos a otros por la espalda, a sangre fría, o violando a la madre, que pario a sus hijas.

En mi deambular a Ella la veo y su presiento por estas calles, me aterra con su guadaña a cuesta, y un escalofrío recorre mi cuerpo de pies a cabeza.

No quiero saludarla por si se me acerca, trato de esconderme detrás de una puerta y pasa a mi lado, pero no se acerca.

Respiro aliviada, pero mi alma en vilo me va recordando, que tal vez, otro día en el que yo la presienta, venga de frente, me pare y me diga, que tengo que irme con Ella... quiera yo…o no quiera.

 

Encarna Recio Blanco.