Se
va de ti mi cuerpo gota a gota.
Se
va mi cara en un óleo sordo;
Se
van mis manos en azogue suelto;
Se
van mis pies en dos tiempos de polvo.
¡Se te va todo, se nos va todo!
Se va mi voz, que te hacía campana
Cerrada
a cuanto no somos nosotros.
Se
van mis gestos que se devanaban,
En
lanzaderas, debajo tus ojos.
Y
se te va la mirada que entrega,
Cuando
te mira, el enebro y el olmo.
Me voy de ti con tus mismos alientos:
Como
humedad de tu cuerpo evaporo.
Me
voy de ti con vigilia y con sueño,
Y
en tu recuerdo más fiel ya me borro.
Y
en tu memoria me vuelvo como esos
Que
no nacieron ni en llanos ni en sotos.
Sangre sería y me fuese en las palmas
De
tu labor, y en tu boca de mosto.
Tu
entraña fuese, y sería quemada
En
marchas tuyas que nunca más oigo,
¡Y
en tu pasión que retumba en la noche!
¡Como
demencia de mares solos!
¡Se nos va todo, se nos va todo!
G. Mistral
Encarna Recio Blanco.