martes, 18 de noviembre de 2025

Aquí estoy ante vosotros...


Aquí estoy, ante vosotros

Sin nombre, en cuerpo y alma

Hablando con mi corazón

Que a veces,

De mi pecho escapa.

Porque proclamo la Paz

La Solidaridad y el Amor

Y nadie se hace eco

De mis palabras.

Aquí estoy, ante un Mundo

Lleno de cruentes guerras

Donde muchos seres humanos

Sufren las consecuencias.

 Ante unas leyes arbitrarias

De aquellos que nos gobiernan

Y que las dictan pensando

En ellos.

No saben de las penurias

De muchas familias sin casa

Sin trabajo, y sin el pan

De cada dia.

 Esperando impaciente

Que retornara ese hijo

Que mandaron a la guerra

Y se lo devolvieron envuelto

En una bandera.

 Aquí estoy ante vosotros

Que estáis tan atados como yo

En este Mundo de locos

Donde esos gobernantes…

¡No piden perdón!

 

Encarna Recio Blanco.



domingo, 9 de noviembre de 2025

¡Cuántas cosas quedaron pendientes!


¡Cuántas cosas quedaron pendientes entre nosotros!

Recuerdo, nuestra primera cita, aquella noche que solo querías poseer mi cuerpo, y tuve miedo por eso me fui de tu lado huyendo, cual gacela herida sin un adiós por despedida.

Y aunque deseaba estar a tu lado, amarte y besarte con todas mis fuerzas, no quería ser la presa fácil si antes  de tomar mi cuerpo, no te adentrabas en mi alma y en mi corazón, para que vieras mis puros sentimientos que albergaba y lo que sentía por ti.

¡Cuántas cosas quedaron pendientes entre nosotros!

Después, nos perdimos por el mundo muchos años, si saber nada el uno del otro, y aunque cada uno por su lado, nos buscábamos, sin lograr en contarnos, aunque nuestros sentimientos y nuestro corazón estaban atados de por vida.

 Pasaban los días, pasaban los años, siempre en mi recuerdo de nuestro primer amor, de nuestros primeros años.

 Un buen día te encontré después de muchos años esperando, cuando ya tenias tu vida formalizada al lado de otra mujer, que tuvo esa suerte,  que a mí el destino me negaba.

¡Cuántas cosas nos quedaron pendientes, amor de mi vida!

Nos quedó pendiente muchos abrazos, muchos besos ardientes, unas dulces caricias, noches de luna, una escapada al  paraíso que siempre soñamos, cenas vestidos de gala, escapadas en la playa, mirarnos a los ojos sin decirnos ni una sola palabra, reír y llorar en la misma cama, esperarte que llegaras a mi casa, donde siempre enclaustrada te esperaba. Nos quedaron aquellas charlas mirándonos a los ojos con el corazón abierto, con la pasión que nuestros cuerpos pedían, hacernos carantoñas, y oír de tus labios decirme que me querías…que me quisieras… ¡Qué pena de nuestras vidas!

Ahora sé con certeza que me sigues queriendo y sabes que te quiero, y que se enciende la llama a cada momento cuando hablamos desde esa lejanía  que nos sigue separando, con un mar de por medio.

 Y aunque sé, que es inútil seguir encendiendo esa llama, no puedo apagarla aunque a veces lo intento. Y ¿sabes lo más triste que nos quedó?

 ¡Qué nunca hicimos el amor!

 Encarna Recio Blanco.