Ahí viene la Dolorosa
con su cara de amargura
Por las calles
empedradas con sus negras vestiduras.
La primavera la
envuelve con aromas de azahares
Y se posan en su cara
como besos celestiales.
Todos salen a su
encuentro para poder consolarla
En el sufrimiento de su hijo que van a Crucificar.
Las calles están
repletas de corazones que lloran
Y los lirios y las
velas relampaguean con la pena.
En los hogares hay
miedo temor ante tantas guerras
Donde muchos seres
humanos sufren las consecuencias.
De luces se viste el
Cielo para iluminar su caminar
Y Ella Bendice a su paso a los que muriendo
están.
A los que cuidan enfermos. A los que hacen el
pan
A los que lloran de
pena. Por los que se fueron ya.
A los ancianos que
solos no tienen con quien hablar
Por los pobres
desvalidos sin un refugio donde habitar.
Se oyen saetas por
los balcones cuando la Virgen pasa
Y de sus ojos se
escapan ríos de lágrimas.
Sigue la procesión
solemne cuando la Luna se asoma
A saludar a la Virgen
y besarla en su corona.
Ella nos bendice a
todos cuando a su paso la vemos
Con su carita de
nácar y sus ojos de lamentos.
Nos dice que tengamos Fe en su hijo y que avivemos
Las esperanzas y que
si cumplimos sus mandamientos
¡La Paz en la tierra estará asegurada!
Desde mis ventanales la veo y le rezo con
fervor
¡Y quitarte ese dolor!