Cada día, vamos muriendo poco a poco
Y
queremos ignorarlo.
Riendo,
llorando, gritando, faenando
¡Y
qué solos nos encontramos!
Es una carrera veloz la que emprendemos
En
un desierto de solos y desterrados
Librando
batallas en un mundo
Donde
algunos corazones están helados.
Con
el sabor agridulce del desengaño
Al
no poder alcanzar esa PAZ
Que
ansiamos sin lograrlo.
Malgastamos las energías en algo tan extraño
Que
cuando comemos para alimentarnos
Nos
damos cuenta que nutrimos el cuerpo…
Dejando
el corazón abandonado.
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