Cual rosa que a sus pétalos arrancan
Despojaste mi cuerpo de su ropa
Y mi desnudez apareció en la noche
Como una luciérnaga amorosa.
No había palabras en la estancia
sólo susurros y jadeos
Cuerpo con cuerpo nos batimos
En la batalla inacabada de los besos.
Encarna Recio Blanco.
Preciosas palabras, preciosos besos, música eterna, maravillosa voz.
ResponderEliminarGracias Encarna!
Alci