¿Por qué llevará
bastón si no cojea?
¿Por qué se pondrá
peluca si ya no tiene cabeza?
¿Por qué se pinta la cara teniendo el alma tan negra?
¿Por qué está
gimiendo y llora cuando dice que es feliz?
¿Por qué se pone un collar si al cuello una soga lleva?
¿Por qué pasea ella
sola cuando dos hombres la esperan?
¿Por qué se planta en la esquina a deshoras, y por el servicio cobra?
¿Por qué está
enfadado el cura bendiciendo a todas horas?
¿Y por qué al señor alcalde dicen que le sobra?
¿Por qué los barrenderos dicen que huele mal y no
cobran?
¿Por qué se ha vuelto a juntar con el que le daba leña?
¿Por qué no meten en
la cárcel a los sinvergüenzas?
¡Para, Para… cabeza de tanto preguntar!
¿No ves que nadie nos
va a contestar?
Encarna
Recio Blanco.
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