A ti, que se te olvidó quererme
En una declaración de intenciones.
De pasiones encontradas.
De hielos entre las sabanas
Que juntos fuimos tejiendo
Noche tras noche.
A ti, que se te olvidó mi nombre
Entre el frío de tu cuerpo.
Entre la sal de tus manos
Y entre el reflejo del Cielo.
Se te olvidó que existía
Te quedaste en un recuerdo.
Construiste con tus manos
Este dolor tan inmenso.
Ya no grito, ya no lloro.
Ya no te busco en mis sueños.
Enterrados bajo tierra
Se encuentran mis sentimientos.
Soy estéril siendo madre
Y vacía en el silencio.
Busco razones que expliquen
Cómo he perdido este tiempo.
No es rencor, ni es el odio
Ni tan siquiera es el miedo
Es un dolor tan vacío
Que me duele hasta en los huesos.
Es la primera vez de todas
Que no suplico un te quiero.
Hoy está llorando Dios…
Hoy está llorando el Cielo.
Encarna Recio Blanco.
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