Una limosna cual mendiga
Ni voy a llorar de pie, ni de rodillas
Cual penitente ante ti
desfallecida
Rogando tus caricias.
Siempre esperando tu vuelta
Meses, años, noches y de días
Cuando mis primeras primaveras
Floreciendo…resplandecían.
Toda mi vida te perteneció
Desde aquel día que apareciste
Con la bandera de la osadía
Haciéndome tuya…
¡De por vida!
Encarna Recio Blanco
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