Que al mío encendía
Cuando juntos saboreábamos
El amor y sus delicias.
De nuestro talamos fluían
Cuando la noche en abrazos
A los dos nos envolvía.
El néctar en nuestras bocas
Los cuerpos jadeantes
Se mecían sin medida
En el clímax de la brisa.
Y alcanzamos la cima
Nos aislamos del mundo
Donde el amor escasea
Para seguir amándonos…
¡De noche y de día!
Encarna Recio Blanco
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