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lunes, 7 de abril de 2008

Queridos transeúntes:


Queridos transeúntes que me leéis cada día:

 Amigos todos que a veces, guardáis los mensajes como suaves bálsamos de un ungüento sanador.

Amigos con un latir que no transmite y de una voz quebrada por el tiempo hostil que a nadie esquiva y que a todos daña.

 A veces nos enseñan grandes teorías que nada tienen que ver con la realidad.

En ocasiones, nos dañan con prácticas crueles que son el mejor examen que nos puede poner la vida.

 De todo experimenta el hombre, y de cada experiencia se retorna con menos pureza, pero con mucho mas saber.

 De los que me lean ahora, algunos habrán pasado ya, el umbral de los cuarenta, otros rondaran la frontera de los veinte o treinta,  y otros como yo, que  habrán pasado ambas fases, y se encuentren en ese tiempo que no cuenta.

Pero a cualquier edad se pueden vivir historias maravillosas.

 Cada día en este rincón, quisiera renovar los espíritus, esos espíritus alicaídos, los recuerdos, las soledades, las emociones, las  alegrías y las penas.

Compartimos un tiempo que a mí, siempre se me queda corto.

 ¿Bailamos pues, esta noche? Un beso.

 

 Encarna Recio Blanco.






miércoles, 9 de enero de 2008

Esta tarde me llegó...



Esta tarde me llegó

Una  gran paloma blanca

Y entre sus alas me traía

Un mensaje para el alma.

Me dijo que ya las guerras

Habían terminado,

Y que todo el universo

No estaba contaminado.

Me dijo que ya los niños

No morirían de hambre

Y junto a ellos tendrían

A sus madres y a sus padres.

Me dijo que ya los solos

Encontraron a un amigo,

Y que los tristes tenían

Una sonrisa de abrigo.

 Que los ciegos ya veían,

Que el enfermo sanaría,

Que el que no conocía el amor

Se enamoraría.

Me dijo que ya los mares

Todos estaban en calma,

Y que a la luna dejaban

Que por fin descansara.

Me contó las mil historias

Que siempre quería oír

Y mi alma alborota  gritaba...

¿Es que la Paz...ya está aquí?

 

Encarna Recio Blanco.