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domingo, 8 de abril de 2018

Me derrito los sesos de...


Me derrito los sesos de tanto pensar

En aquellas cosas que quiero arreglar.

Me adentro en la urbe, no puedo ni andar,

Bomberos,  grúas, ambulancias…

 ¡Qué barbaridad!

 Un cortejo fúnebre muy lento camina

Hacia esa morada ignota y temida.

En los ministerios, no puedo ni entrar

El guardia me dice: ¡que es muy tarde ya!

 ¡Qué casualidad!

Un  coche incendiado intento apagar

Sin tener ni el agua, con la que regar.

Entro en la trastienda de una curandera

Para que me limpie de pies, a cabeza.

Voy hacia el asilo y pido acogida,

Cuando veo el ambiente salgo de estampida.

Corre que te corre por la fría avenida

  Tropiezo y me hago, otra nueva herida.

 ¡Qué fatalidad!

Una dama llora detrás de la esquina,

Me acerco y me dice, toda compungida,

Que no la dejaron hacerse una foto

Con sus nietecitas.

¡Qué poca caridad!

 En la  Universidad me adentro

Para recoger un máster,

Al que no me presenté

Ni para examinarme.

¡Qué osadía la mía!

Tiemblo de impotencia

En mis correrías

Sin poder hacer, ni deshacer…

 Lo que yo quería.

 ¡Qué Pena la mía!

 

Encarna Recio Blanco