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jueves, 12 de junio de 2008

Mi mar está en calma



Mi mar está en calma

Reducido y en silencio

Está durmiendo tranquilo

Puede ser que se haya muerto.

En la calma de la noche

Cuando vuelven los deseos

Mi mar se queda callado

Aunque en los cielos hay truenos.

Despiertan las tempestades

Me abrasan con sus misterios

Y me piden que te espere

A la orilla de este infierno.

Las olas antes opacas

Parecen ahora  de fuego

Se mueven sin darme cuenta

Se rompen entre mis sueños.

Nunca saldré a flote

Ya no veré más el Cielo

Las mareas se tragaron

Mi salvación y el silencio.

 De nuevo vuelve la calma

Ha pasado la tormenta

Las olas están calladas

Y parece que están quietas.

Pero vuelven  pesarosas

Se las ha tragado el viento

Y se oye  desde lejos

El rugir de algún lamento.

 En la orilla  te espero

Donde nunca pasa el tiempo

Para perdernos sin prisa

Por nuestro rincón secreto.


 Encarna Recio Blanco.



lunes, 21 de abril de 2008

Me aportas la calma



Me aportas la calma del mar despejado
Cuando me abandonas te robo un pecado
Me das la auto estima de los abnegados
La falsa moneda de un lápiz gastado

Capitaneabas barcos enlatados
Y nos conocimos en ellos montados
Llévame a otra parte, a un cielo halado
A una montaña perdida sin lazos

Sácame del mundo, del sutil silencio
Y llena mi espacio diciendo te quiero
Quítame los años que ya no los quiero
Si no estás conmigo solo soy veneno.

Saca de este cofre todos los recuerdos
Por si no nos vemos, en ellos te espero
Contempla un futuro lejano y certero
Imagina sueños y escribe un deseo.

Si yo anoto uno y los dos coinciden
Tal vez vida mía el cielo se rinda

Y podamos robarle...una nueva vida.

Encarna Recio Blanco.





sábado, 12 de abril de 2008

Un ciclón tengo

Un ciclón tengo en mi mente, tormenta en mi corazón

No sé cómo defenderme de este estado asolador.

Te di lo mejor de mí mis besos, mis primaveras

Los sueños que renacían de mi cosecha primera.

Tú venias de un camino donde sólo había mil piedras

Rocas grandes que no pude apartarlas de tu senda.

Viví momentos fugaces besos rotos por las esperas

Por la constante agonía de que te fueras con ella.

 Por más que yo te imploraba sordos tus oídos eran.

Y en las madrugadas duras rugía como las fieras.

Pasaste por alto algo que no te dabas ni cuenta

Y que tal vez algún día sea muy tarde si pensaras

En la enmienda.

No le distes importancia a mi amor desmesurado

A mi entrega demediada cuando estaba entre tus brazos.

 Te quise más que a mi vida y hoy más te sigo adorando

Amándote como nunca mi corazón había amado.

Pero el ciclón de mi mente revive los malos ratos

Esas esperas tan largas y esos minutos alados.

Retumban en mi corazón los truenos que tú has dejado.

Sin importarte si quiera el dolor que he cobijado.

 No puedo más con la carga de mi macuto pesado.

No puedo esperar más lo que tanto había soñado.

 En tu camino te dejo mal o bien acompañado

Con sangre que no es la tuya y con tus muchos andrajos.

 No sé si te olvidaré juro que voy a intentarlo.

No sé si a mi corazón puedo engañarlo.

 Pero allá en el horizonte oteo un mundo lejano

Que me dice que  me vaya para siempre de tu lado.

 

Encarna  Recio Blanco.






domingo, 20 de enero de 2008

En noches, de madrugada...



En noches, de madrugada

Cuando sólo hay silencio.

Calma la sed la esperanza

De que vuelvas a mi lecho.

Recapitulo labranzas

Con pensamientos certeros

De capitanes de barcos

Que perdieron sus veleros.

A la aurora la he rogado,

Que mande diez mandamientos,

Y que amarte sea uno,

Y que se repita luego.

La piel es mi testimonio.

El tatuaje del alma.

Y la cruz que llevo a cuestas

Por no saber si me amas.

Nadie entenderá lo nuestro.

La soledad, el castigo.

Pero seremos tan libres

Que no supondrá un suplicio.

 Calma tu sed con mi cuerpo,

Bebe hasta que te quedes lleno

Envenéname la carne

Y vuelve a tomarme luego.

Nunca dejes de quererme

Que sea tu penitencia,

Amarme entre las sombras

Será tu penitencia.

Y cuando todos se vayan

Y nos envuelva el silencio,

Susúrrame que me amas

Y hazme creer que es eterno.

 

Encarna Recio Blanco.




domingo, 30 de diciembre de 2007

Esta tarde estoy serena



Esta tarde estoy serena.

Ya ni me llegan recuerdos.

Sólo mis dedos que bailan

Con esta pluma escribiendo.

Esta tarde no estoy triste.

Ni alegre.

Ni me bulle el cuerpo.

Ni te espero.

 No sé qué pasa esta tarde

Que estoy sintiendo…

Que has muerto.


 Encarna Recio Blanco