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martes, 3 de marzo de 2020

La noche me está incitando...



La noche me está incitando

A cabalgar por tu cuerpo.

A dibujar por tu piel

Mi amor y mis besos.

Sigo sin hacerlo caso

Imbuida en mis sonetos,

Emborrachando los folios

Con la tinta entre mis dedos.

Al oído me susurran

Que en el tálamo me esperas

Abrazando la almohada

Como si mi cuerpo fuera.

 Pero lo que no sabe nadie

Es que no quiero momentos

Solo quiero eternidades…

¡Sin los relojes por medio!


Encarna Recio Blanco.



lunes, 17 de febrero de 2020

Si alguna madrugada...


Si alguna madrugada  veis pasar

A un corazón solitario y despistado,

Con sus venas abiertas   y sangrando…

No paséis de largo.

 

¡Abrazarlo!

 

Si una noche oscura  os tropezáis

Con un  vagabundo  con hambre y llorando

No paséis de largo...

 

¡Consolarlo!

 

A un viejecito sentado  en un banco

Con su mirada perdida y su mente vacía

 Por los años no paséis de largo...

 

¡Acompañarlo!

 

A una madre buscando  a su hijo.

A un emigrante desterrado.

A un enfermo sin familia no paséis de largo...

 

¡Ayudarlos!

 

A cualquier ser humano que  necesite

 Vuestra ayuda y veáis pasar a vuestro lado

 Abrazarlo…

Consolarlos, acompañarlos y auxiliarlos.

 

Porque las manos que ayudan son más

Necesarias  y poderosas

 Ante los ojos de Dios…

 

 ¡Que unos labios rezando!

 

 

Encarna Recio Blanco







domingo, 22 de diciembre de 2019

A las doce de la noche ...


A  las doce de la noche las estrellas más brillaban.

La luna resplandecía. La nieve se detenía.

A las doce de la noche salté de la cama aprisa

Para correr al pesebre donde la Virgen paría.

La llevé leche caliente, el pan que hice aquel día,

Y mi mantita de rayas con la siempre dormía.

Después de tantos dolores…la Virgen me sonreía

Puso a su hijo en mis brazos yo temblando, lo envolvía…

En la mantita de rayas con la que siempre dormía,

En las noches que esperaba el milagro de la vida.

Después llegaron  pastores que en sus zurrones traían

Los regalos para un niño que la Paz nos ofrecía.

Por la llanura llegaban tres Reyes a toda prisa pues la

Estrella  que les guiaba Iba muy aprisa en su travesía.

A las doce de la noche aquel niño se despertó

En un Mundo donde escaseaba la Paz y el Amor.

Lejos del portal humilde la gente cantaba y bailaba

En grandes salones con ricas viandas.

Cerca del portal humilde llegaban descalzos

Aquellos que no tenían ni siquiera abrazos.

A las doce de esta noche…adoro al Niño 

Con todas mis fuerzas

Anunciando que ha nacido el Redentor

De los Cielos y la Tierra.

 

Encarna Recio Blanco.





miércoles, 29 de mayo de 2019

Ven mi amor que hoy…


Ven mi amor que hoy…

Quiero emborracharme

Lléname la copa

De  amor y de versos, 

Para que paladee

El sabor de tus besos.

Abrázame fuerte

Hasta que me rompas.

Hasta que me agotes

Y desfallecida, me goces.

Hazme sentir

La pasión y la lujuria, 

En el tálamo sagrado

Donde habita la locura.

¡No te detengas y dame de beber!

Que entre el torbellino

De nuestras pasiones…

¡Renaceré!

 

Encarna Recio Blanco




jueves, 2 de mayo de 2019

Madre…Cuantas veces mi pluma sencilla...





Madre…

Cuantas veces mi pluma sencilla se calla con miedo,

Se queda sin tinta y el papel se rompe.

Nunca pude madre estando consciente hacerte un poema

Como te mereces.

Fui la oveja negra en redil caliente.

Fui la incomprendida, la que quizás no merece

Llevar tu apellido Blanco cual la nieve.

Fue tu primer beso, promesa, fue tu constancia mi guía,

Fueron aquellos cachetes luz, para mis negros días.

Fuiste poniendo pontones a mis desvaríos de niña

Para que fuera muy limpia, no sólo para ir a la escuela

Si no, para ir por la vida.

Un buen día de tu nido voló tu paloma herida

Y se puso sola  remontando sendas valles y colinas.

Lejos de ti comprendió porque tantas regañas

¡El “Ten cuidado! ¡No corras! ¡Y heme aquí con mil heridas!

Ahora me paro y medito, ahora que ya no soy niña,

Y me duele el corazón y me duele el alma mía,

Por no saber si llegué, a lo que soñaste un día.

Recordé tanto mi escuela, a mi maestra,

Y aquella farmacia fría donde yo, aun tan pequeña,

Ya escribía mis poesías.

Poesías que siempre hablaban de lo que desconocía,

De lo que me imaginaba, de lo que después vendría.

¡Al amor pobre de mí! A la vida y era tan niña,

Y esas cosa que hoy conozco antes, que distinta las creía.

Hoy con los años se tornan en realidades tan frías

Que te hielan las entrañas que te aterida tus días.

Por eso añoro las cosas madre de cuando era una niña.

Sé que el mundo me enseñó cosas que tus no sabías

Y que si las conocías…siempre tú las silenciaste

Para no tarar mis días.

Pero como es imposible ir de buenas por la vida,

Porque los golpes te hacen abrir los ojos aprisa.

Se endurecieron mis huesos, trabajé como tú hacías

Y esquivé las zarzas negras que a mi paso florecían.

Y aquí me tienes, ya hecha casi una mujer prendida

De este mundo más bien malo, con mi alma más bien limpia.

 Otra vez madre lo intento, pero ya ves, no es poesía,

Fueron suspiros al viento que recoge esta cuartilla.

Otra vez madre será, cuando mis musas dormidas

Despierten, prometo hacerte Madre…

La mejor de mis poesías.


Encarna Recio Blanco.




miércoles, 17 de abril de 2019

Y aunque hoy...


Y aunque hoy...

 Me siento muy cansada

Por lo que tanto he luchado

 Y lucho, en mi vida.

 A la vera de una lágrima

Pienso, seguir con más fuerzas,

Imbuida en mí batalla.

Puedo perder en mi empeño.

Puedo sentirme sitiada.

Terminar con mil heridas,

O en la tierra derribada.

 Pero lo que nunca puedo hacer es,

Que decaigan mis esperanzas

Por aquello que anhelo,

Con todas mis ganas.

Y aquí estoy…

Sin las armas en mis manos.

A solas con mi corazón.

Con el coraje y el empeño,

De conseguirte…

¡Mi amor!

 

Encarna Recio Blanco.




lunes, 18 de marzo de 2019

Me has mandado un beso...



Me has mandado un beso esta mañana

Cuando te asomabas por tus ventanas.

Bien sabes cuanta sed hay en mi alma

Para coronar la cima, de nuestras esperanzas.

 Tú sabes bien de mis noches esperando

 Que el reloj me avise con sus sonoras campanadas

 Para poderme ir, volando  hacia tu casa.

Cuando no puedan verme  las lenguas afiladas,

 Entrar por tus portales para ser el hombre más feliz

De todos los mortales.

Nuestro amor, truncado por el destino,

Nos jugó a los dos una mala pasada.

Nos encontramos del corazón al alma, muy tarde,

Cuando nuestras vidas estaban ocupadas.

Me has mandado un beso esta mañana

Y mi corazón saltó tras la montaña

Para posarse en tus labios

Y calmar la sed de mi alma.

 

Encarna Recio Blanco




sábado, 19 de enero de 2019

Sobre tu piel



Sobre tu piel quiero escribir

Mis fantasías.

Con el pincel y la pluma

Entre mis dientes.

Dibujando mil colores,

Cual arco iris refulgente.

Deja que mis manos se afanen

Por el barbecho,  y siembren.

Duerme…duerme,

Con la placidez de saber

Que nuestros corazones,

Se aman locamente.

Déjame que te tatúe

De besos todo el cuerpo.

Que me pierda

Por la descontrolada respiración,

Que me estremece.

En nuestro lecho,

Cuajado de madreselvas,

El perfume nos envuelve.

Abanicando las sabanas mojadas

El alba, se entretiene.


De mi último libro.

“Atardeceres de Fuego”


 Encarna Recio Blanco

 


domingo, 23 de diciembre de 2018

¡Silencio…silencio…


¡Silencio…silencio…silencio! Que calle el mundo un momento

Que está a punto de nacer un niño ¡Que  ya está naciendo!!!

La luz del Cielo baja la nieve  se cuajó la estrella guía a los Magos

Oro, incienso y mirra, en el zurrón.

Van a adorar a un niño que entre pajas sonríe, aún sabiendo

Que le espera el martirio de una cruz.

En bandadas los Ángeles entre estrellas y luceros

Se afanan para adorar al Rey de los Cielos.

Alrededor de unos troncos de unos encendidos robles

Los pastores se apiñan con zambombas y tambores.

En los nudosos rediles las ovejitas se esconden

Detrás del frío portal beben nieve y piensan que comen.

La noche huele a romero la luna  derrama pureza  por el sendero

Y la tierra en un instante… de Paz está floreciendo.

Desde mis ventanas  veía mil lucecitas y eran las estrellas

Que estaban loquitas.  Brillaban… brillaban, corrían veloz,

Muy contenta gritaba: ¡Ha nacido Dios!

Hosanna en las alturas, el Niño nos llegó, que cante

 El mundo entero un villancico de amor.

Vengo de la Extremadura de la Extremadura vengo,

Y al niño Jesús le traigo mis poesías en un cesto.

¡Gloria a Dios en las alturas! Paz en la tierra a los hombres.

Dios ha nacido en belén en esta dichosa noche.

Un niño recién nacido que Hombre y Dios…

Tiene por nombre. ¡Silencio…Silencio!

 

Encarna Recio Blanco.




martes, 23 de octubre de 2018

Creo en ti...


 Creo en ti, en tus manos, en tus ojos, en tu forma

De quererme.

Creo, en nuestro futuro, por muy distante y lejano.

Creo, en la eternidad que pasaré a tu lado.

Creo, en la luz del Cielo, en el sol, en los pecados,

En la gloria, en el infierno, y hasta en el más

Bello regalo.

Creo, en la serenidad que me aportas cada día,

En la calma de tus besos, en la tierra

En la tierna espera mía.

Creo, en el despertar si tú estás a mi lado.

Creo, que me amarás  cuando estés en cualquier lado.

Creo en la  eternidad del deseo que sentimos.

Creo, que no  fallarás cuando en el alba lo vivimos.

Creo, en amaneceres, en días que llegarán,

Cargados con la esperanza, del que sabe esperar.

Si queremos bien creer, que en el día de mañana,

Nos podremos liberar de esta carga tan pesada.

Seremos fieles estrategas de lo tuyo y de lo nuestro.

Seremos ya, para siempre estrellas que no murieron.

Porque sí Dios existe, cuando me miras lo creo.

 

Encarna Recio Blanco.




domingo, 30 de septiembre de 2018

Ya pasé el verano...


Ya pasé el verano entre arenas y soles,

Donde se han calmado  todos mis dolores.

 Otra vez al tajo, manos a la obra,

Para seguir sembrando versos y amapolas.

En mis manos las semillas  ya las tengo preparadas

El arado, los aperos, y sobre todo, mis ansias.

 Espero que mis musas  no me abandonen

Y vengan este otoño a regalarme,  inspiraciones.

 Porque he comprobado  que la poesía…

Es más poderosa  que las armas.

 

Encarna Recio Banco.





sábado, 9 de junio de 2018

Se acabaron las preguntas...


Se acabaron las preguntas sin respuestas.

Terminaron las esperas sin llagadas.

 Las duras fronteras ya están cerradas

Y ese mar, que divide nuestro mundo

Sigue furioso chocando contra las rocas.

 Ya no seguiré tus pasos, y tú seguirás tu rumbo.

 No puedo con la duda en mi macuto.

Ni el silencio que me acosa sin parar.

Ni las campanas al vuelo que tocan

A gloria, o a funeral.

 Afronté los duros retos en la espera.

Cabalgué a lomos de titanes que siempre

Me dejaban naufragando en barcos de papel

A la deriva.

 Esta espera interminable

Es más fuerte que las armas y el dolor,

Mi mente me pide vacaciones

Aunque mi  corazón… diga que no.

 

Encarna Recio Blanco.




martes, 1 de mayo de 2018

Madre


Madre…

Cuantas veces mi pluma sencilla
se calla con miedo se queda sin tinta
y el papel se rompe.

Nunca pude madre estando consciente
hacerte un poema como te mereces.

Fui la oveja negra en redil caliente,
fui la incomprendida, la que quizás no merece
llevar tu apellido Blanco cual la nieve.

Fue tu primer beso promesa, fue tu constancia mi guía,
fueron aquellos cachetes luz para mis negros días.

Fuiste poniendo pontones a mis desvaríos de niña
para que fuera muy limpia, no sólo para ir a la escuela
si no, para ir por la vida.

Un buen día de tu nido voló tu paloma herida
y se fue sola  remontando sendas valles y colinas.

Lejos de ti comprendió porque tantas regañas
el “Ten cuidado! ¡No corras…!
 y ¡Heme aquí con mil heridas!

Ahora me paro y medito, ahora que ya no soy niña,
y me duele el corazón y me duele el alma mía
por no saber si llegué a lo que soñaste un día.

Recordé tanto mi escuela, a mi maestra,
y aquella farmacia fría donde yo, aun tan pequeña,
ya escribía mis poesías.

Poesías que siempre hablaban de lo que desconocía,
de lo que me imaginaba, de lo que después vendría.

¡Al amor pobre de mí! a la vida y era tan niña
y esas cosa que hoy conozco antes que distinta las creía.

Hoy con los años se tornan en realidades tan frías
que te hielan las entrañas que te aterida tus días.

Por eso añoro las cosas madre de cuando era una niña.

Sé que el mundo me enseñó cosas que tus no sabías
y que si las conocías…siempre tú las silenciaste
para no tarar mis días.

Pero como es imposible ir de buenas por la vida,
porque los golpes te hacen abrir los ojos aprisa.

Se endurecieron mis huesos, trabajé como tú hacías
y esquivé las zarzas negras que a mi paso florecían.


Y aquí me tienes, ya hecha casi una mujer prendida
de este mundo más bien malo, con mi alma más bien limpia.

Otra vez madre lo intento, pero ya ves, no es poesía,
fueron suspiros al viento que recoge esta cuartilla.

Otra vez Madre será, cuando mis musas dormidas
despierten… Prometo hacerte Madre…

!La mejor de mis poesías!

Encarna Recio Blanco.