Mostrando entradas con la etiqueta adioses.. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta adioses.. Mostrar todas las entradas

lunes, 19 de marzo de 2018

Puedo escribir los versos...


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,

Y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como éstas, la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.

La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella, no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos

Árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro será de otro, como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro, sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

¡Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido!

Porque en noches como ésta, la tuve entre mis

Brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,

Y éstos sean los últimos versos, que yo le escribo.

Neruda

 Encarna Recio Blanco.




viernes, 10 de febrero de 2017

En tus ojos divisé


En tus ojos divisé el adiós y se encogió el alma mía

Al ver que solo quedaba a mi lado, la pena y la melancolía.

 La noche lloraba en nuestra despedida,

 Cuando abracé tu cuello calladamente te dejé mi vida.

No hubo lágrimas en tus ojos, ni  sonrisas en las mías

Nos separamos como dos extraños, aunque la sangre nos hervía.

 Tú te fuiste  con ella pensando tan sólo en su dinero,

El que por vida te encadenó a una penitenciaría.

 El tiempo me dio la razón cuando os vi pasar un día

Por la calle de las ánimas con la cruz de la  agonía.

Hoy solo me queda este verso que escribo en esta tarde

 Tan fría al sentir que perdimos nuestro amor

En aquella despedida.


 Encarna Recio Blanco.