domingo, 19 de febrero de 2017
El mar...Reflexiones.
viernes, 27 de enero de 2017
Fui desparramando.-Reflexiones-.
viernes, 20 de enero de 2017
En la vida de-Reflexiones-
En la vida de todo ser humano, hay una sucesión de momentos irrepetibles, alegres, tristes, emocionantes, dolorosos y un sinfín de avatares y vivencias que no podemos obviar.
martes, 3 de enero de 2017
Aquí estoy-Reflexiones-
domingo, 25 de diciembre de 2016
…Y aquí seguimos amigos, sembrando(Reflexiones)
…Y aquí seguimos amigos,
sembrando en estas noches de Amor y de Paz, sembrando amor, porque es la única forma,
como se cosecha el amor, de recogerlo nuevamente.
A veces pensamos que, decimos,
que muchas veces, perdimos muchas cosas, pero junto a ese perder, sabéis que está el valor de ganar, porque siempre es
posible luchar por lo que amamos, y sobre todo, saber que siempre hay tiempo para empezar de nuevo, no importa
en qué momento de la vida, lo que importa es, que siempre es posible y
necesario recomenzar, y tenemos que recomenzar dándonos cuenta que tenemos una nueva oportunidad, hay que
renovar las esperanzas en la vida, y lo más importante es creer, en nosotros
mismos.
A veces sufrimos mucho
en estos periodos, tenemos que saber que es un aprendizaje, y cuando lloramos mucho,
sabéis que el llorar mucho, es la limpieza del alma, lo que no hay que sentir
son rencores el rencor también nos enseña a perdonar y cuando estamos en
solitario en algunos momentos es, porque
nosotros mismos cerramos las puerta ¡hay! Cuantas veces cerramos las puertas sin
darnos cuenta que tenemos que dejarla abierta de par, en par.
¿Te sientes solitario? Pues
mira a tu alrededor, encontraras a mucha gente esperando tu sonrisa para
acercarse a ti.
Recomencemos esta noche,
para empezar, un nuevo proyecto de vida, donde queramos llegar mirar alto,
soñar alto, anhelar lo mejor, todo lo bueno, porque la vida nos trae todo
aquello que anhelamos, si nos paramos en pensar en lo pequeño, pues lo pequeño
nos viene, y si pensamos firmemente en lo positivo y luchamos por alcanzarlo,
lo mejor vendrá a nuestras vidas, ¡qué vida, solo tenemos una, y hay que luchar
por ello!
Esta noche quiero que
hagamos limpieza, una limpieza mental,
tiremos todo lo que nos encadene del pasado a la basura, todo lo que nos haga daño, limpiemos el corazón,
vamos a hacer que esté listo, para una
nueva vida, ahora que ya llega el niño, ahora que ya llegan nuestros queridos hermanos,
que vamos a abrazar a nuestra madre que está tan lejos.
Vamos a estar juntos
vamos a empezar con la savia nueva, de un año nuevo, con el entusiasmo y la
fuerzas, y sobre todo, con el amor.
La vida amigos, está llena, y te invita a una nueva
aventura, a un nuevo camino a un nuevo viaje, a un nuevo desafío, vamos a
proponernos esta noche, que haremos todo lo posible para alcanzar nuestros
objetivos.
Confiar en la vida y
sobre todo, confía en ti y en mí, que estoy esta noche a tu lado.
Encarna Recio Blanco.
viernes, 16 de diciembre de 2016
Estamos a las puertas-Reflexiones-
Estamos a las puertas de la Navidad. Una Navidad que se presenta
felices para algunos, tristes para otros y amargos, para todos aquellos que no
pueden soportar las duras ausencias de sus seres queridos, que se fueron para
siempre. Indiferentes para aquellos, que no tienen creencias en nada, y a
veces, ni en ellos mismos.
Por eso, hoy quiero mandar este manifiesto al mundo entero, para que detengan cuanto antes la barbarie, de esta guerra sangrienta en Alepo.
El mundo tiene que verlo, de la misma manera que yo lo veo, pero las masas callan como borregos, no oigo voces a lo lejos, ni a lo cerca, ni a los que gobiernan este mundo, no respiran las Naciones Unida, la ONU, esos que dicen ser los defensores de los derechos humanos, y que deben de actuar en todas partes.
Tanto en los estados que están divididos por conflictos armados, internos, o estables, en los no democráticos, y en los que en el ejercicio de la democracia, está firmemente asentado ¿Dónde está Unicef? todos están en silencio, solo se oyen las bombas, allá a lo lejos.
Se me parte el alma, al ver llorar a tantos niños, imbuidos en esas contiendas tan cruentas sin cobijo, sin familia, entre metrallas, entre el frío, la nieve, el hambre, muriendo cada día.
En sus caritas el miedo hace estragos, en sus carnes, las
heridas están sangrando, y de sus ojitos los ríos de lágrimas se están
desbordando.
¡Ángeles tan pequeñitos, si alas, desplomándose! ¡Dios mío!
De un lado para otro van, como fardos de paja, como mercancías baratas, como si a nadie importara el dolor de esos seres humanos, que han tenido la mala suerte, de nacer en una tierra de nadie, bajo el mando y la fuerza de unos salvajes.
Se me rompen las venas al ver que la gente se afana en preparar el árbol, el Nacimiento, los regalos de los Reyes Magos y las cenas, para la noche, de Noche Buena.
Al ver tal genocidio, se me desgarra el corazón, no me a cabe en la cabeza, que los hombres de este suelo, permanezcan indiferentes ante tanto dolor.
Sola, no puedo hacer nada, solo escribir y escribir para denunciando el horror y el desamor, para pedir que se eleven las voces y podamos entre todos, parar esta barbarie para siempre, no solo en Alepo, sino en toda la faz de esta Tierra.
¡La Paz está herida de muerte!
Encarna Recio Blanco.
martes, 13 de diciembre de 2016
La soledad a veces-Reflexiones-
La soledad es a veces un refugio, un lugar, un espacio donde calmar los miedos, donde encontrarse con nosotros mismos, con nuestros pensamientos, sentimientos, dudas, temores y demás familia.
Eso es lo que tiene la soledad, que en
pequeñas dosis es buena, es buena, cuando la elegimos nosotros, pero cuando
aparece sin querer estar con ella, es la peor de las compañías.
Tenemos que aprender a estar solos con nosotros
mismos, a convivir con nuestras soledades, como la mejor, o la peor de las compañías,
pero hay veces, que la soledad duele, y puede
ser, el más grande de los martirios.
El otro día fui a dar
un recital de poesías a un Centro Social, cuando traspasaba aquellas puertas,
mi corazón empezó a latir de una forma acelerada al ver, la cantidad de
viejecitos, sentados en sus sillas de ruedas, al ver aquellos ojos sin la ilusión en ellos , con la mirada perdida muchos de ellos, al ver
que aunque estaban muy cuidados, todos ellos estaban solos, muy solos, con la
soledad del alma, de los recuerdos de sus familias.
Uno tras de otro, me fueron contando sus historias, unos con el
abandono de sus hijos, otros porque sus esposas ya se habían marchado para
siempre, otros porque no tenían a nadie en el mundo, se me encogía el corazón a cada minuto al ver, aquel panorama tan lleno de soledades.
Así es que ni corta
ni perezosa me puse las lentejuelas ,el abanico de plumas, los collares, me
puse las pestañas postizas y empecé a
recitarles sátiras alegres, sainetes, poesías, se me pasaron dos horas
oyéndoles reír a carcajadas aquellos
viejecitos, estaban alegres,que hacía mucho tiempo que no se lo pasaban
tan alegremente y tan bien.
Cuando volví a mi
casa rota y cansada de tanto dar… ¿Sabéis con quien me encontré al abrir la
puerta de mi casa? Pues allí estaba ella…allí estaba la maldita soledad, la increpé de mal humor y le dije: ven que tú
y yo, tenemos que hablar.
Encarna Recio Blanco.
domingo, 4 de diciembre de 2016
En los momento más inesperados (Reflexiones)
Entonces,
nos llega un nuevo camino, en forma de
lo que sea, en el lugar más insospechado y bajo el antifaz más extraño.
Por lo
inesperado, nos deja totalmente paralizados, como si el mundo antes, no hubiera
existido, como si no fuéramos nada más, que ese tren, que espera en la vía
adormilado, para que ese transeúnte, que quiera emprender un viaje.
Empezamos
entonces a pensar, que nuestras tormentas fueron pasajeras, y que esos malos presagios se convierten de repente en ilusiones, con un ápice de enorme de realidad.
Las
pieles gastadas se rejuvenecen, como si la vida, nos diera una segunda
oportunidad, y aunque no estamos seguros de poder contra el viento, la
sensación es increíble, se nos olvida la lucha contra el mundo, y aunque nunca
hemos visto a Dios en persona, dibujamos sus formas en las sabanas blancas de
nuestro lecho.
Cuando
menos te lo esperas, surge el milagro detrás de una calle, en forma de paloma, en alas de un destino
despistado, de un corazón lleno de espinas, o entre los que circulan a tu paso,
tal vez, con las mismas agonías.
Es
imposible comprender el por qué de estas cosas, sin preguntar nada, entonces
comprendemos, que ha llegado nuestro momento, aunque realmente seamos incapaces
de saber con exactitud, cuánto nos durará esa felicidad, la Cruz del calvario,
se nos antoja lejana, y en esas nubes, no queremos bajar a la tierra y
todo empieza a ser conmovedor.
En esta
vida, lo que más daño nos hace, son las espinas del amor en toda su grandeza,
cuando nuestros padres se marchan para siempre, cuando una enfermedad nos fustiga, cuando nuestros hijos sufren, cuando
la penuria nos persigue, y cuando ves que tu corazón, no puede más con la
carga.
En los
momentos más inesperados, aparece el milagro, puede ser tarde para algunos, y
puede ser pronto para otros.
El día que tengamos que partir para siempre, pronto o tarde, nos iremos con nuestras maletas llenas de ilusiones incumplidas, de pecados cometidos, sin pensar en esos momentos, que sólo hay un motivo que nos pueda salvar, solo uno, y ese será, haber vivido cada día de nuestra vida, repartiendo amor.
Encarna Recio Blanco.
sábado, 26 de noviembre de 2016
Aquel indigente me miró...
Aquel
indigente me miró, y yo sólo le dejé unas cuantas monedas del color de las
palabras.
Traté
de resguardarlo de la escarcha junto a aquella farola desgranada, agradecido,
me dio unos cuantos tesoros que tenía dentro de su chaqueta desgastada, la foto
de su madre, y de aquella enamorada, que
lo dejó un día, porque quiso volar y no la dejaban.
Bebimos, bebimos juntos en un vaso de papel y entonces, una guitarra por los aire sonaba, tocaba aquella canción que juntos escribimos, bajo la luna, que extrañada, jugaba al escondite con nosotros, en mitad de la plaza.
Pusilánimes las sombras, a nuestro lado pasaban sin detenerse ante el alba, que ya se asomaba.
Aquel indigente me abrió muchas puertas que tenía cerradas y al despedirme, me dio la llave para que yo las guardara.Un beso en la frente y un hasta nuca, musitó tristemente.
Lo vi marchar por el callejón de los suspiros cabizbajo, entre las sombras amilanada de la noche, quise correr tras de él, acompañarlo en su peregrinar, pero no pude, no pude, se interpuso el viento, que me devolvió al mundo de los solos.
Encarna
Recio Blanco.
miércoles, 16 de noviembre de 2016
Yo siento que ustedes me escuchan-Reflexiones.
Yo siento Señores, que
ustedes me escuchan… Que están cada noche tras de ese transistor arcaico quizás,
que guardapolvo en un diván enterrado, o en un aparato de última tecnología, de
esos, que algunos todavía no acertamos a
utilizar correctamente.
Pero sea como sea, lo
hacen y están ahí, con la luna, se acercan un poco a mí, a mi verdadero hogar
que es mi alma, aquí a este rincón donde cada noche nos reunimos.
No sé si escuchan todos
mis poemas, pero algunas palabras si se que les llegan, y esto me sirve, para seguir
escribiendo y sentir, que tienen sentido mis versos, mis palabras, mis cartas y
en esta trastienda de mi corazón ,tienen ustedes todos, un espacio ,tienen una canción, una melodía que recordaran de
años dormidos, que quizás no volverán.
La luz de las velas se
va rebajando y mientras se duermen, yo les sigo hablando. La noche ha caído, se
cierran las guerras, los niños ya duermen, no hay nadie en la tierra. Mientras
los amantes se siguen besando, y entre sus pasiones, yo me voy colando.
Los sabios cavilan en
horas dormidas, algunas mujeres, tejen mil salidas, hay hombres bebiendo en
locas tabernas, y otros corriendo en busca de sendas.
Y en estas noches… que
estoy con ustedes, les dejo mi voz, mi corazón y mi alma.
Y les doy las gracias,
porque sin ustedes, no serian las noches de de Encarna.
Encarna Recio Blanco.