lunes, 8 de mayo de 2017

Mi voz ya no grita...


Mi voz ya no grita, solo susurra.

Por la empinada montaña voy desfallecida

Tratando de escalar hacia tu oculta cima.

Al mundo he dado la vuelta con tu nombre,

Preguntando y preguntando, dónde estarías

Pero nadie…nadie te conocía.

Al no escucharte vivo amodorrada

 Haciendo acopio en mis recuerdos

 Del alimento sagrado de tus palabras

 Que me dan la vida.

 Los estíos se han helado de repente.

 Las amapolas y las jaras también dormitan

Y el silencio sepulcral, me aterroriza.

 A ciegas sigo sin encontrarte…

Pero hasta el último suspiro que me quede

Seguiré  en tu búsqueda… ¡Vida mía!

 

Encarna Recio Blanco.




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