viernes, 5 de diciembre de 2014

En esta tarde otoñal...


En esta tarde otoñal llora el Cielo, le pregunto y no obtengo respuesta.

Lánguidas mis manos se desperezan, buscando… ¿qué buscan?

¡Pues en marcha, voy  a daros faena!

 En esta tarde tan negra me gustaría volar y volar  por un Cielo en calma.

Con las alas recién estrenadas de cualquier ángel despistado

Que se haya quedado dormido en mi cama.

 Me gustaría…acorralar a la miseria y detenerla. Ponerle grilletes a los forajidos

Que envuelven sus vergüenzas con trajes de marcas.

Amamantar a los niños sin madres y darles cobijo en mi alma.

 Me gustaría…aliarme con la alegría y reír, reír, hasta que se me rompan las quijadas. Bañarme desnuda en el mar un amanecer y que sus olas sosegaran mis ansias.

 Perderme en un mundo donde solo existieran Soles, flores, y Lunas  encandiladas.

Emborracharme de poesías y de buena compañía, beber de sus  labios y envenenarme, hasta caer desfallecida.

 Me gustaría irme, donde pudiera enamorarme del viento. Donde consiguiera pelearme con la soledad.

Hacer una hoguera con el maldito dinero y que brillaran las cruces en los cementerios y  abrir los barrotes de aquellos inocentes, que estén presos.

 Me gustaría irme…donde lograra llorar y a reír a un tiempo por aquel truhán que un día me dijo; Te quiero.  Adosarme a un tren sin raíles y seguir esperando

Otra media vida hasta que aparezca el hombre  que más quiero.

 Esta tarde me gustaría, salir corriendo de esta maldita oscuridad.

De tantos sinsabores, de mis incontrolados miedos.

Del sueño que siempre he tenido y que el funesto destino no quiso concedérmelo.

 En mi orfandad, mendigo a la Justicia Divina para que el Cielo deje de llorar.

En esta tarde de otoño sombría, donde mis musas despiertas me dicen:

¡Que deje de llorar!

 Encarna Recio Blanco.




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